Nuestro humilde blog audiovisual es leído desde varios países de habla hispana, en muchos de ellos, el personaje entrevistado ya es conocido sobre todo por películas como Santos y Que Pena tu Vida. ¿Qué opina de ellas? Preguntamos porque es precisamente lo que a él le interesa.
Las críticas personales han marcado tanto a Nicolás López que ya no quiere saber de críticos nacionales, es más, los manda derechito a «lavarse el hoyo». El por qué, básicamente porque se han dedicado según él, a criticarlo personalmente sin siquiera poner un mínimo de esfuerzo analítico en lo que realmente le importa, sus películas. La entrevista está interesantísima y después del salto, puedes leer lo principal y ver el video completo.
La entrevista es de Cristóbal Bley y puedes leerla completa en el portal Paniko.cl 😉
En cuanto a tu película, ¿cuánta proyección le ves a la saga de Qué pena? ¿Tendría algún otro paso más?
—Qué Pena nace con toda esta idea de hacer secuelas sobre la vida de un personaje. Truffaut tiene una tetralogía… y es divertido porque la gente no entiende el rollo del alto arte versus lo que es la cultura pop. Entonces por ejemplo Truffaut: Los 400 golpes, es la primera parte de una tetralogía. Después vino Amor a los diecisiete [NdelaR: El amor a los veinte años], no sé qué, y agarraba a Antoine Doinel, que era este personaje, y lo mostraba en cuatro etapas de su vida. A mí eso me parece que es súper interesante, y de alguna forma lo hemos hecho de manera no oficial con Ariel Levy desde PR, QPTV y QPTB.
Lo que aquí no quiso decir López, es que la saga que Que Pena, anunciaría unos días después, una nueva película para 2012; «Que Pena tu Familia».
La mini polémica generada por los críticos y su carta reclamando por la función de prensa que ustedes no hicieron para mostrar la película, ¿qué te pareció? ¿Cuál es tu opinión al respecto?
—Pasa que las funciones de prensa son una actividad de marketing más. Tú hacís una función de prensa para que los críticos hablen bien o mal de tu película, pero es una actividad de prensa, entonces es como que a ti te reclamaran por no poner carteles en las micros. Es una decisión que tú tomai o no.
También hubo comentarios de otros productores al respecto…
—Si, acá saltaron todos. Porque fui el primero en decir por qué hay que hacerla. Piensa que una película es como si yo celebro mi cumpleaños: ¿por qué voy a invitar a alguien que, uno, me cae mal; y dos, alguien que me puede terminar vomitando en la alfombra y pegándole a mi mamá? Porque es lo que hay que hacer. ¡¿Según quién?! Ahh, porque uno lo hace para que se hable de la película y tenga marketing. ¡No, eso ya cambio! La gente ahora tuitea. Después dijeron que era censura. ¡¿Cómo puede ser censura si llevo tres semanas viajando por todo Chile mostrando la película?! Hicimos una cantidad de premieres, y todas mostrándoselas a la gente, haciendo que la gente fuera, y ni siquiera como a un público elegido, sino que hacíamos premiere avisando por twitter para que fuera la gente y viera la película. Y habían también muchos críticos locales que la fueron a ver.
Lo que yo les decía es que no tengo ningún problema en que la vean y hablen de ella, yo eso no lo puedo prohibir, pero paguen su entrada. Es súper simple. Si vai a hacerla pelota, paga tu entrada. Porque lo que sentimos es que lo que sucedió con todas mis películas es que no se habla de mis películas, se habla siempre los primeros tres párrafos sobre mí.
Por ejemplo la gente de la productora Fábula, que ellos hicieron todo un rollo con su película Ulises, hicieron una función de prensa, ¡y no llegó nadie! Entonces tú decís ah ya, todo esto es porque es chori hacer pelota a QPTB.
Es una tontera. A mí me parece que el ejercicio crítico es súper interesante, el rollo es que no hay un lugar donde se haga crítica seria en este país. Tenís a gente que juega un juego de farándula. O sea, Passalacqua, que me parece que es divertido lo que hace, pero finalmente es un personaje. Es lo mismo que sucede con un montón de otros. René Naranjo también es un personaje, una caricaturización del crítico. Leopoldo Muñoz es una caricaturización del crítico. Gonzalo Maza también.
Son caricaturas de lo que es un crítico, que además no tienen el espacio para escribir y explayarse sobre lo que les gustaría. Por ejemplo tú leís que Polo Muñoz hace una crítica larga y como seudo intelectual, pero que debería aparecer en un Cahiers du Cinéma más que en Las Últimas Noticias, cachai. Y que son súper personales: el titular de Polo Muñoz fue “Puedes correr pero no esconderte”. Entonces es como que están de la cabeza.
¿Y cómo debería ser, si es que debería ser de alguna forma?
—A mí lo que me gusta de cuando estreno las películas en Estados Unidos, es que hablan de las películas. Bien, mal o regular, pero hablan de las películas. Acá nos duele ser chilenos, y como nos duele ser chilenos, es como cuando, nosé, Ascanio Cavallo por ejemplo ponía sobre QPTV: “tiene una obsesión con el hotel W”. Y es como si tú hai ido al W, y conocís todos los lugares del W, podís darte cuenta que usamos el W usándolo como otras locaciones.
Es muy gracioso, nos duele ser chilenos. Nos duele mostrar una ciudad que sea bonita. Acá todo funciona al revés: hay como una postura violenta porque yo quiero hacer películas para que las vea el público, que es como la base del cine. Pero también es lo que le gustaba a Godard, a Truffaut, a Kim Ki-duk. ¿Me entendís o no? Tú finalmente hacís películas para que se encuentren con un público, y acá parece que eso es como si le estuvierai sacando la madre a alguien. Como: ah, es que eso es comercial. Y es como: ¡weón! A menos que tus películas las den en el MoMA, cachai o no. El cine arte como concepto no existe.
David Lynch es un autor que cada película de él la ven ocho millones de personas. No es como que la ven veintiséis personas, eso no existe ya. No existe porque el cine de partida es muy caro. La película más barata —pero la más más más barata, lo más barato— igual son 10 mil dólares. Igual es un auto. Aunque lo hagai con esa cámara, con cuatro amigos, en tu casa, y la traigai acá en una copia en bluray, igual son 10 mil dólares.
Entonces eso es finalmente lo absurdo: yo siento que se tiene que hablar de las películas. Acá hay una cosa conmigo en particular, que hablan mucho de la idea preconcebida que tienen de mí y de lo que yo debería o no debería ser. Entonces en un minuto es como, uno: vayan a lavarse el hoyo; y dos: toda la controversia que hubo el año pasado con la weá de que hay un chiste de los down y no sé qué, es como weón, cómo tan tonto.
Yo se lo contaba en Estados Unidos a mis amigos y me decían ¡weón, es que es impactante! Porque yo les decía: la misma comedia —la misma comedia— con Drew Barrymore y Ben Stiller, sale ese chiste, y nadie diría nada. Entonces nos duele que pase en Chile. Nos duele que lo diga Ignacia Allamand en vez de que lo diga Mandy Moore. ¿Me entendís? Es súper absurdo. Pero también es súper gracioso: es parte de un juego mediático que hay.
¿Le encuentran razón a López?
Esperamos como siempre sus comentarios y opiniones!
A continuación el video con la entrevista completa.