Hablar del gran visionario en su conjunto y de sus aportaciones al mundo de la informática, de la música, del ocio, de la cultura… sería generar un eco monótono y, a la vez, insuficiente. Pero sí es justo rendirle homenaje por su contribución más silenciosa o silenciada al mundo del cine, especialmente porque no tantos lo hacen.
Después del salto encuentra el humilde reconocimiento de este también humilde blog audiovisual, al genio que ha partido.
Antes de pasar al texto muy bien redactado por Valentín Fernández-Tubau para el portal abcguionistas, quiero hacer un descargo muy personal, que espero sea bien entendido.
Personalmente, no soy, no he sido nunca y creo que por un buen tiempo no tendré los recursos suficientes para llegar a ser un Maquero. Pero he leído desde ayer al enterarme de la noticia, algunos twitteos simplemente repudiables.
Decir que alguien que usa Android, PC, VLC o cualquier otra cosa que no provenga de la manzanita, «no puede sentir igual ni valorar el aporte que hiciera Steve Jobs, a la vida como hoy la conocemos«, es simplemente tener una nuez por cerebro y demostrar el afán netamente aspiracional que para algunos representa tener algún producto Mac. Lo que esas personas necesitan es sólo algo que les permita posicionarse socialmente y hacerle sentir más pobre al que lo mira con un poco de envidia.
Espero que ninguno de mis amigos que poseen algo Mac, sea uno de esos, de seguro el gran Jobs no se enorgullecería de ellos.
Steve Jobs, el anónimo revolucionario del mundo del Cine.
Su primera incursión sucedió en 1985, cuando el Grupo Gráfico de la División Informática de Lucasfilm estaba en cuestión. George Lucas no estaba seguro de que las películas de animación por ordenador tuvieran algún futuro y estaba a punto de clausaurar esa división de su compañía.
En 1986, Steve Jobs, recien salido de Apple, compraba esa parte de Lucasfilm. Su nuevo nombre: Pixar.
Jobs, una vez más, invirtió en una idea en la que creyó y en la que casi nadie confiaba; el resultado: 26 Oscars, cantidades astronómicas de recaudación en taquilla, millones de fans en todo el mundo y el dominio del cine de animación a escala internacional.
En 2006, Disney compró Pixar por un valor superior a los 7.000 millones de dólares, y, así, Steve Jobs se convirtió en el mayor accionista de Disney.
La influencia de Jobs en el Cine de animación a través de posibilitar que Pixar sobreviviera es incuestionable. Pero su influencia en el mundo del cine no sólo se circunscribe a ese hecho.
¿Acaso no es responsable de la revolución que ha supuesto la edición «en calzoncillos»?
Pioneros como los hermanos Biering o Rian Johnson, usando Macs y Final Cut, fueron el preludio de miles de cineastas que se lanzaron a editar sus películas «profesionalmente» en su dormitorio, sin la necesidad de un equipo Avid.
Las revoluciones de Jobs en el Cine, llegaron también al mundo del consumidor. El iPhone y el iPad, sus últimos legados, han impulsado una nueva forma de consumo de audiovisuales.
Pero quizá sea conveniente señalar, también, que ha dejado las vías abiertas para que el mundo del cine tome nota, se deje de mensajes apocalípticos y adopte caminos más pragmáticos y afines al público para recuperarse de la piratería. Esto no vendrá con restricciones que suscitan reacciones en masa, sino con soluciones como las que dejó intuir el modelo iTunes: calidad superior a bajo precio, de forma que el consumidor prefiera elegir libremente la calidad añadida, a cambio de un pequeño, realmente pequeño, costo.
A los que en el mundo del guión nos sentimos atraídos por la «unidad de opuestos«, nos complace saber de las palabras que su eterno rival Bill Gates tuvo para él en su blog:
El mundo rara vez ve a alguien con el profundo impacto que ha tenido Steve, cuyos efectos se dejarán sentir durante muchas generaciones venideras.
Curiosamente, fue el mundo del cine quien registró la historia de la rivalidad de estos dos colosos a través de la película «Los Piratas de Silicon Valley» [1999] cuyos detalles pueden leerse en IMDB y si tienes poco más de una hora disponible, puedes ponerla a cargar desde ya y verla completa. Disfruten.
Pero si algo hace recordado o recordable a Steve Jobs, es el discurso que en 2005 pronunciara frente a estudiantes en la Universidad de Stanford, que pueden leer íntegro en internet.
Entre las muchas perlas que regala el discurso, vale la pena resaltar sus palabras sobre la muerte:
Ni siquiera la gente que quiere ir al cielo quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y así tiene que ser, porque la Muerte es posiblemente el mejor invento de la Vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo.
Ahora mismo lo nuevo sois vosotros, pero dentro de no demasiado tiempo, de forma gradual, os iréis convirtiendo en lo viejo, y seréis apartados. Siento ser tan dramático, pero es bastante cierto. Vuestro tiempo es limitado, así que no lo gastéis viviendo la vida de otro.
No os dejéis atrapar por el dogma que es vivir según los resultados del pensamiento de otros.
No dejéis que el ruido de las opiniones de los demás ahogue vuestra propia voz interior.
Y lo más importante, tened el coraje de seguir a vuestro corazón y vuestra intuición. De algún modo ellos ya saben lo que tú realmente quieres ser.
Ojalá que sus palabras sirvan de inspiración a los creadores del presente y del futuro.
Saludos