Pedir a un hombre que cuenta historias que tome en consideración la verosimilitud me parece tan ridículo como pedir a un pintor figurativo que represente las cosas con exactitud. ¿Cuál es el colmo de la pintura figurativa? Es la fotografía en color, ¿no?
Truffaut, Francois: El cine según Hitchcock. Alianza Editorial, Madrid, 1966.
Saludos.-
2 comentarios
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Habría que distinguir los niveles de ficción y asignarles, con
un determinismo infalible, coordenadas espacio-temporales
y funciones claras y distintas entre sí.
Lástima que eso no lo puede hacer nadie: me parece que el
Gran Alfred sabía eso y por ello creaba principalmente la suspensión
de la capacidad de determinación (clara y distinta para Descartes)
sondeando las grietas del lenguaje (allí el verosímil) y suturándolas
siempre parcialmente.
El relato clásico, en cambio sí llevaba un rumbo teleológico, y
sus finales eran abarcadores de todos sus estadios anteriores,
superadores de los conflictos y parcialidades… lo cual dejaba
«en paz» a todos los espectadores.