En su libro «Una profesión de putas», David Mamet, reconocido dramaturgo, guionista y director de cine de Hollywood, dedica unas cuantas cuantas páginas al oficio de contar historias, haciendo hincapié en lo que un guionista debe hacer al momento de escribir.
De esta forma seguimos con esta «No-sección» de Editando en donde dejamos referentes del mundo del Cine, nos ilustren con sus palabras. Ya han pasado por aquí, Alfred Hitchcock, Raúl Ruiz y Pedro Chaskel, entre otros.
«Un buen escritor sólo obtiene buenos resultados si aprende a cortar, a suprimir lo ornamental, lo descriptivo, lo narrativo y sobre todo, lo profundo y significativo. ¿Qué queda? Queda la historia. ¿Y qué es la historia? La historia es la progresión esencial de incidentes que le ocurren al héroe en la persecución de su único objetivo.
Lo importante, como dijo Aristóteles, es lo que le ocurre al héroe, no lo que le ocurre al escritor. Para escribir una historia así, no hace falta ver bien. Lo que hace falta es saber pensar.
La escritura de guiones es un oficio basado en la lógica. Consiste en el planteamiento constante de varias preguntas muy básicas: ¿Qué quiere el héroe? ¿Qué le impide conseguirlo? ¿Qué ocurrirá si no lo consigue? Si uno sigue las normas que surgen del planteamiento de estas preguntas lo que le queda es una estructura lógica, un argumento a partir del cual se construirá el drama. En una obra de teatro, este argumento pasa a manos de la otra faceta del dramaturgo: el ego del estructuralista le pasa el argumento al ello, que se encarga de escribir los diálogos.
Yo creo que este concepto es análogo al del guionista estructura-lista, que le pasa el esbozo dramático al director de la película. El director me parecía, y me sigue pareciendo, una prolongación dionisiaca del guionista, que completa la escritura de manera que (como debe ser siempre) quede borrado todo el esfuerzo laborioso del trabajo técnico. Yo llegué a director después de haber sido guionista, y el oficio de director me pareció una gozosa prolongación de la escritura de guiones.»
MAMET, DAVID. (2000) Una Profesión de Putas. España. Editorial Debate.
2 comentarios
Que deba ser siempre así, no lo creo. Sí entiendo que en el caso de Hollywood se lo tomen de esa manera.
Pero ¿qué sería de películas como El cuarto de los Venados, si se atuviera a este principio inflexible?
Y creo que, justamente, lo interesante son las grietas de la lógica, donde puede tener lugar la dimensión estética del arte.
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