Si el artículo de ayer era por demás interesante y casi rompe teorías, el de hoy es un historia de esas simples pero que marcan la historia, tanto que debieran ser mucho más conocidas y populares, por ello la rescato en nuestro humilde blog de comunicación audiovisual.
Se trata de Eadweard Muybridge, un antiguo fotógrafo inglés que no sólo se conformaba con retratar lo que encontraba a su alrededor, sino que también gustaba de investigar y experimentar con la fotografía allá por el 1800. Uno de sus tantos experimentos, derivó en lo que hoy conocemos como el primer caballo en movimiento. Su historia y detalles como siempre decimos, después del salto!
El caballo en movimiento de Eadweard Muybridge 1878
Cuenta la historia que siendo el año 1872 un grupo de fanáticos de la hípica tenía una tremenda discusión que polarizaba la discusión en dos bandos. El primero sostenía que cuando un caballo corría, existía un momento en que sus cuatros patas se encontraban en el aire, o sea, por algo menos de un segundo el animal volaba. Por su puesto el bando contrario sostenía que en todo momento, a lo menos una de las extremidades equinas se mantenía ligada al suelo.
¿Y ahora, quién podrá ayudarnos? fue la pregunta que se hizo este grupo de apostadores fanáticos de la hípica, y quien apareció en su auxilio no fue precisamente el chapulín colorado, si no que nuestro hábil y barbón científico, quien luego de varias pruebas de ensayo y error para mejorar su técnica y maquinaria les dio la respuesta que tanto esperaban.
La serie resultante de fotografías mostraba claramente todos los movimientos de una yegua de carreras de Kentucky llamada Sally Gardner. Muybridge pintó los negativos para que sólo se viera la silueta de la yegua, cuyas patas adoptaban posiciones inconcebibles. El resultado fue una secuencia de 12 fotografías que se realizó aproximadamente en medio segundo.
Gracias a este experimento, Muybridge ideó una nueva técnica en la que la pista para el motivo en movimiento tenía una longitud de unos 40 metros. En paralelo a ella había una batería fija con 24 cámaras fotográficas, y en ambos extremos de la pista, colocadas en ángulos de 90º y de 60º, había otras dos baterías de cámaras. En cada instante se disparaban sincrónicamente tres cámaras, una de cada batería. Se impresionaban placas secas a una velocidad de obturación graduable que podía regularse desde varios segundos hasta la altísima velocidad de 1/6000 de segundo, según la velocidad del motivo a fotografiar.
En las primeras series los obturadores de las cámaras se disparaban por la rotura de unos hilos atravesados al paso del caballo, cerrando contactos eléctricos que iban activando cada uno de los obturadores. Pero después Muybridge inventó un temporizador a base de un tambor rotatorio que giraba de acuerdo con la velocidad del motivo y que, en los instantes adecuados, enviaba impulsos eléctricos a las cámaras.
Por supuesto les comparto el video en donde pueden ver ya todo terminado. Como siempre sus comentarios y opiniones son bienvenidas, aunque sean para tirar al tacho de la basura todo lo que escribo y despedazarlo párrafo a párrafo 🙂
Saludos!
4 comentarios
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Wuaaaaaaaaaaaaaaa tenemos el primer GIF estático en la historia de la web jaja
Tremendo aporte 😀
cachaste que si mueves con el scroll del mouse sobre la 2da foto se anima ahahaha