Desde que Méliès se dio cuenta que a través del cine se podrían crear ilusiones, no tardó mucho tiempo en echarse a la bolsa clásicos de la literatura para ser adaptados a este nuevo prodigio de finales de siglo. Desde entonces, la industria cinematográfica a profitado de las letras para generar el espectáculo más bello y denigrante de la historia. Ejemplos sobran: Psicosis, El Bebé de Rosemarie y Parque Jurásico son algunos. Ni siquiera nos detendremos a analizar los hits que han sido las sagas de Crepúsculo y Harry Potter, que abultaron enormemente los bolsillos de sus respectivos estudios y que actualmente buscan alguna nueva mina de oro. Y sí, a ti te estoy mirando, Juegos del Hambre.
Esto deja en claro cuan beneficioso puede llegar a ser el mirar dentro del mundo literario, opción que en Chile no suele tener mucha acogida, seguramente porque los directores son seres ominosos y todopoderosos que realizan sus propios guiones, pese a que casos como la aclamada Bonsai de Cristián Jimenez basado en el trabajo de Alejandro Zambra o los tibios intentos de Silvio Caiozzi por traspasar la obra de José Donoso a 24 cuadros por segundo, muestran como material existe de sobra.
Así que en esta ocasión dejaremos una arbitraria lista de los libros chilenos que deberían ser llevados a la pantalla grande.
El Horror de Berkoff
Un día, Martín Martinic regresa a su pueblo, a su hogar de infancia, a enfrentarse a los fantasmas que dejó en el pasado, algunos, demasiado reales.
La novela de Francisco Ortega, pese a que puede enmarcarse dentro del género fantástico, es un viaje a la nostalgia, de conversaciones con esos viejos amigos que a los 11 años uno cree que durarán toda la vida.
Con una adaptación al cine podríamos ver las calles de Salisbury, esa Victoria ficcional que Ortega describe de forma espectral, bajo una incesante lluvia o cubierta por un manto de niebla, o aquellas conversaciones en torno a la música, al cine, donde se descueran a Woody Allen o sobre las mujeres, siempre las mujeres.
Estrella Distante
Roberto Bolaño es actualmente una suerte de fetiche literario, un loco afán que hace sucumbir a quienes se adentran en sus letras. Pronto debería llegar la adaptación de Una Novelita Lumpen, otra obra de Bolaño, dirigida por Alicia Scherson, pero en este reducto audiovisual creemos que Estrella Distante sería una excelente película.
El drama, que comienza en los pastos de la Universidad de Concepción, nos cuenta la historia de un tal Alberto Ruiz-Tagle, un estirado intento de poeta, que pese a pinta de galán, convence a sus contemporáneos. Luego lo conocemos como Carlos Wieder, el sádico y oscuro aviador que escribe poemas en el cielo y que por otro lado asesina sin remordimientos a los opositores a la dictadura.
Creo que adaptar al cine la obra de Bolaño es un gran desafío. Las evocaciones que producen sus palabras, la profundización de los caracteres son algo fascinante de leer pero que se dificulta al momento de traspasarlo a imagenes concretas. Aún así Estrella Distante sería un grandioso thriller.
La Ciudad está Triste
Con este hago trampa, porque la creación de Ramón Díaz Eterovic, Heredia, ya contó con una adaptación audiovisual en la serie que no muchos recordarán «Heredia y Asociados». Lo cierto es que las desventuras de este Sam Spade chilenses están clavadas para armar una serie de películas. Claro, debido a la cantidad de historias que Díaz Eterovic ha ido escribiendo a lo largo de los años, quizás el formato televisivo sea el más adecuado para la saga, pero el tono pesimista y desencantado que se esconde en la primera aventura literaria del detective de Aillavilú, enmarcada en plena dictadura militar, donde recibe una mujer, siempre las mujeres metiendonos en embrollos, acude a solicitar los servicios de Heredia para encontrar a sus familiares desaparecidos, obigandolo a explorar los laberintos y cloacas del régimen.
Sobran palabras para decir porqué Heredia sería una buena película. El detective recorriendo sucuchos de mala muerte en busca de alguna pista que lo ayude, apostando sus últimos pesos en el hipódromo o seduciendo a una bailarina de cabaret, harían de Heredia un película hard-boiled chilena.
Estas son mis tres elecciones sobre libros chilenos que deberían ser adaptados al cine. Hay muchos más y de seguro varios ya están siendo descubierto por realizadores locales. Solo espero que no sigan apareciendo películas basadas en las novelas de Antonio Skarmeta.
Ahora les toca a ustedes mencionar que libros le gustaría que sean adaptados. Sus sugerencias las esperamos, como siempre, en los comentarios.
Saludos.-