El Cine empezó a hacerse sin guiones, y hoy en día sigue siendo posible hacer una película sin ellos. Así, el papel de los guionistas se puso en entredicho a lo largo del siglo pasado. Pero a medida que aumentaron la duración de las películas y los presupuestos, el guión se convirtió en algo esencial en Hollywood.
Por supuesto señalamos Hollywood al final del párrafo, porque ya nos han criticado antes los quisquillosos de siempre, que dicha industria no es la única existente en el Cine de hoy. Aunque no lo crean, lo sabemos también. 😀
John Turturro en Barton Fink de 1991, sátira sobre Hollywood de Joel y Ethan Coen, en donde interpreta a un intelectual que intenta escribir un guión sobre la lucha libre para una película de Wallace Beery.
Luego del salto entonces, y como cada Martes, una nueva idea de las que para siempre vinieron a cambiar la historia del Cine, en el mundo conocido.
Idea n° 18 | Los Guiones de Rodaje: El Infravalorado arte del guionista
En 1909, la Motion Picture Patents Company decidió que las películas debían hacerse con un solo rollo de 900 mts. Esta estandarización transformó la industria fílmica estadounidense al simplificar los sistemas existentes de distribución y exhibición.
Lo anterior, tuvo un efecto importante en el modo de crear las películas, pues productores como Thomas Ince comenzaron a insistir en el uso de guiones de rodaje, que no sólo proporcionaban un resumen de la trama que pudieran seguir los directores, sino también un desglose logístico que permitía organizar planificaciones racionales en las que el vestuario, el atrezzo, el equipo y los intérpretes estuvieran siempre en la locación o el set, óptimos para ahorrar tiempo y dinero.
VIDEO | Barton Fink de los hermanos Coen en 1991
La cantidad de películas sobre guionistas bien podría completar más de una entrega de los famosos 5 del Cine que semanalmente nos trae Daniel Mora. Barton Fink, ganadora en Cannes el 91, tal vez sea una de las que mejor describe al escritor atrapado en ese caos que los norteamericanos denominan “development hell”. A continuación comparto el trailer para que se entusiasmen.
A pesar de la afirmación de Jean-Luc Godard según la cual una película debe tener un comienzo, un desarrollo y un final, pero no necesariamente en ese orden, el guión clásico del cine estadounidense se ha regido por lo general por los principios aristotélicos, ajustándose a pautas genéricas según las cuales el protagonista o los protagonistas, se ven envueltos en una situación dramática o crónica que les lleva a mejorar como personas al resolver un conflicto.
Los guiones, en los que una página equivale a un minuto de película, son en su mayoría documentos orgánicos que pueden modificarse durante el rodaje omitiendo secuencias o añadiendo nuevo material en páginas numeradas y con códigos de color.
Una persona encargada de la continuidad [comúnmente llamado el script] lleva un registro de los cambios que se hacen durante la producción para garantizar que la información que aparezca en el cuadro guarde coherencia en los distintos puntos del montaje. Sin embargo, aunque los guiones de rodaje sean tan esenciales para la mayoría de las películas como lo son los storyboards, los guionistas de Hollywood no han sido siempre tratados con respeto.
Hasta 1912 no empezaron a registrarse los derechos de autor de los guiones, y los créditos de las películas mudas rara vez reflejaban la participación de los guionistas. Incluso después de que los estudios invitaran a novelistas, periodistas y dramaturgos de fama a California con el advenimiento del sonido, era habitual que se les pagara poco y que tuvieran que tolerar que su trabajo fuera revisado por el propio estudio.
El legendario Boris Karloff estudia el guión de «La Momia» en 1932, de Karl Freund, película en la que interpreta tanto el papel de Ardath Bey como el de un Imhotep devuelto a la vida.
En 1933 se fundó una asociación de escritores, que no logró impedir que los guionistas, la mayoría de los cuales eran mujeres, fueran relegados una y otra vez a géneros en los que tenían experiencia probada o a tareas especializadas como la progresión del argumento, los diálogos o los fragmentos cómicos.
A medida que los directores europeos empezaron a participar con más frecuencia en los guiones, el arte del guionista empezó a apreciarse cada vez más en el viejo continente. No obstante, François Truffaut denunció la «tradición de calidad» que surgió en la escritura de guiones de la posguerra francesa, y su propuesta de la teoría de autor animó a más cineastas a imbuir los guiones con su personalidad propia.
¿Con prolijo guión o sólo unas páginas e improvisar todo lo demás?
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La próxima semana, una nueva entrega con: Los Efectos de Cámara!
2 comentarios
Manolox
Claramente es una película que viene como anillo al dedo. Otra de bloqueos creativos, tan comunes en los escritores, pero esta vez afectando al grande de Charlie Kaufman. Gracias por recordarla 🙂
Dentro de las grandes peliculas de guiones tambien me atrevo a comentar el ladron de orquideas, una pelicula en donde el climax depende totalmente del espectador.