La primera vez que escuché sobre André Téchiné fue en los clásicos ciclos de la Alianza Francesa hace ya un par de años. Intrigado por las loas que el francés de turno daba al director galo, decidí asistir a dicha función, programada para la semana siguiente y así poder ver si este merecía tantos buenos calificativos.
Así fue como terminé viendo Las hermanas Brontë en las incomodas sillas que por esos años tenían en esos ciclos y aunque la película no me voló la cabeza, por lo menos sirvió para que comenzara a seguirle la pista a Téchiné. Así que por eso, en los Dichos del Director de esta semana el viejo André tomará la palabra y nos contará lo que para él significa cada escena que filma.
«Emprendo cada película como quien emprende un viaje, y necesito la duración de ese viaje, de todas sus peripecias, para que el filme exista, porque lo que me interesa, durante el rodaje, es dejarme sorprender por lo que va a acontecer, y estar lo más abierto posible al presente.
Cuando ruedo una escena, por ejemplo, nunca pienso en la siguiente o en la anterior. Ruedo cada escena como si se tratara de un cortometraje completamente independiente y autónomo. Actúo como si cada escena tuviera un valor por sí misma, independiente de la dinámica del guión y de la dramaturgia de conjunto. Esto es bastante evidente en una película como Lejos (2001), pero incluso en Fugitivos (2003), que es una de las películas más lineales que he filmado, quería que las escenas reflejaran la mayor novedad posible, como los héroes del filme.
Cuando empiezo una película soy incapaz de anticipar. No puedo saber a qué se parecerá; eso querría decir que el filme es la mera ilustración de un guión, y ésta no es, en absoluto, la idea que tengo del cine. Cuando ruedo un filme, cuestiono permanentemente todo lo que ha sido establecido con anterioridad. Trabajo mucho mis guiones, pero al mismo tiempo -y por esta razón siempre me he negado a su publicación- nunca tienen un valor definitivo. Redacto muchas cosas en el último momento, y no me da ningún miedo maltratar el guión. Por el contrario, tengo la impresión de que la puesta en escena se desarrolla adecuadamente cuando maltrata el guión para hacer emerger la materia viva, lo que no quiere decir que no existan los problemas de guión. Por supuesto que existen, pero en un rodaje la cámara no filma el guión, filma los cuerpos y los espacios.»