Gran parte de la prehistoria del Cine está hecha de imágenes animadas producidas por aparatos ópticos, y la mayor parte de los carteles de cine incluían una pieza de dibujos animados hasta la década de 1970. Hoy en día, estos últimos resultan cruciales para que los niños adquieran el hábito de ir al cine.
En este martes que para los chilenos es día de descanso, nosotros no descansamos y traemos para ustedes una más de las 100 ideas que cambiaron para siempre la historia del cine, su majestad, la animación.
Idea n° 55 | La Animación: De los lápices a los pixeles.
Émile Reynaud proyectó las primeras películas animadas con su teatro óptico en 1892. Pero la llegada de las imágenes fotográficas en movimiento convirtió la animación en una novedad costosa y que consumía mucho tiempo. No obstante, Émile Cohl y Winsor McCay refinaron los dibujos animados bidimensionales, y Arthur Melbourne Cooper y Ladislaw Starewicz lograron dominar el método stop-motion de animar modelos.
En la década de 1910, los estadounidenses Earl Hurd y John Bray dividieron entre distintos artistas especialistas la tarea del dibujo y del coloreado de los personajes y fondos, e hicieron todavía más eficiente el proceso introduciendo las hojas de acetato.
Este método industrial fue emulado por Walt Disney, cuyo éxito con personajes como Mickey Mouse lo animó a pasarse al largometraje de animación con Blancanieves y los siete enanitos [Snow White and the Seven Dwarfs, 1937]. Algunos siempre piensan en Fantasía, pero esta no llegaría sino hasta 3 años más tarde.
Documental: Así se hizo Blanca Nieves y los 7 enanitos
Confieso que desconocía la existencia de este documento, pero recolectando información para esta entrada di con él y por supuesto lo comparto para todos los estudiantes e interesados en la animación, sin duda información siempre relevante sobre la vida de Disney y su trabajo para dar a luz el primer largometraje animado en la historia del Cine.
Aunque sus historias enfatizaban valores conservadores, Disney fue receptivo a las innovaciones estéticas y comerciales. Los artistas Ub Iwerks y Fred Moore lo convencieron de que combinara realismo con antropomorfismo, de modo que el estudio se ganaría la lealtad de jóvenes fans que comprarían sus productos de merchandising, verían sus piezas televisivas y visitarían sus parques temáticos.
Disney también abrazó técnicas como la fotografía multiplano y la rotoscopía, que le permitieron hacer un seguimiento del movimiento de imágenes de acción real y preparar el camino al mapeado digital y los procesos de seguimiento y captura de imagen que hoy en día se utilizan en la animación digital.
Tal fue la demanda de dibujos animados que varios estudios de Hollywood abrieron sus propias unidades de animación. El trío de la Warner Bros compuesto por Friz Freleng, Tex Avery y Joseph Barbera, de la MGM, canalizó la vieja comedia slapstick en vehículos para Bugs Bunny y Tom & Jerry, que influyeron enormemente en la animación televisiva desde la década de 1950.
Sin embargo, gran parte del grafismo estadounidense procede de la estética modernista de la posguerra europea, que, a su vez, se había inspirado en vanguardistas como Oscar Fischinger, Hans Richter, Lotte Reiniger, Len Lye o Norman McLaren, que habían elaborado un estilo no lineal, no objetivo y a menudo abstracto al experimentar con la aplicación directa, la pixelación, la pantalla de agujas o las técnicas de silueta.
Los animadores de detrás del telón de acero, como Jiri Trnka, Jan Svankmajer y los miembros de la escuela del Zagreb, a menudo produjeron obras subversivamente satíricas.
Artistas japoneses como el creador de Astro Boy, Osamu Tezuca, o el director de El viaje de Chihiro [Sen To Chihiro no Kamika Kushi, 2001], Hayao Miyazaki, ganador de un Oscar, optaron por un enfoque escapista que se inspiró en los cómics manga. El anime ha tenido desde entonces una influencia profunda en las animaciones para adultos, como Persépolis [2007], así como en el grafismo de los videojuegos y en los efectos digitales que se han convertido en ingrediente básico de las películas taquilleras.
Sin embargo, fue Disney el que revivió la popularidad global del largometraje de animación, con piezas como La Bella y la Bestia en 1991 o El Rey León en 1994, presagiando éxitos de Pixar generados íntegramente por computador como Toy Story en 1997 o Up en 2009, así como las entrañables aventuras de claymation de Wallace y Gromit, de Nick Park, en las que se emplean técnicas de stop-motion para animar modelos de plasticina.
¿Cuál es la película animada que más recuerdas?
De seguro tienes una, yo por ejemplo confieso haber llorado con Toy Story 3. Cuéntanos cuál es la tuya en los comentarios 🙂