Los Dichos del Editor, esta pequeña sección donde estos artesanos que dan forma a las películas nos cuentan parte de los secretos de su oficio, esta semana nos vuelve a reunir con Lee Smith, quien ha trabajado muy de cerca con directores de la talla de Peter Weir y Christopher Nolan.
En esta oportunidad, Smith nos cuenta sobre como es ese momento en el cual hay que tomar la edición de desechar el material filmado.
Master and Commander: The Far Side of the World (2003) fue la primera película de Peter Weir que monté en solitario, y fue la primera vez que trabajaba con un material de tanto presupuesto. Me encantaba todo de aquel filme, pero la posproducción fue una auténtica pesadilla. Ni Peter ni yo habíamos trabajado antes en películas tan grandes y con tantos efectos, y había mucho agujeros y espacios de sustitución, lo que resultaba algo extraño. Cuando no se está acostumbrado, el metraje resulta muy desagradable, con cromas y grúas en los planos. Lo ves y te preguntas: «¿En algún momento quedará bien?» El primer montaje duraba 4 horas; la película era como una bestia enorme e indómita. Lo bueno de Peter es que se le da muy bien eliminar lo necesario. Puede que fuera la secuencia más difícil de rodar del mundo, pero él puede verla una sola vez y decir: «Suprímela. No queda bien en la película».
Un bien ejemplo fue Dead Poets Society (1989). Había montado una escena muy divertida en la que el personaje de Robin Williams está enseñando a los chicos el arte de la concentración. Tiene un retroproyector, los chicos están haciendo un examen, y él les dice: «Ojos abajo, ojos abajo». Entonces empieza a poner desnudos en le proyector. Era muy gracioso, y todos estábamos allí sentados riéndonos. Peter reía y reía como no se había reído nunca. Y tan pronto como la escena terminó, dijo: «Elimínala. Es una escena muy buena pero no va con el personaje». Y cuando pienso en ello ahora, creo que tenía toda la razón: no iba con el personaje. Por muy buena que fuera la escena, no encajaba con la película. A lo largo de los años he aprendido a observar algo de forma objetiva y decir: «Gran escena, pero no aporta nada, y hay que eliminarla».