Cuando uno es un joven, inocente e idealista estudiante de las artes audiovisuales, muchas veces se cuestiona su propia capacidad para realizar piezas de calidad, más aun cuando se tiene grandes referentes cinematográficos. Lo cierto es que no todos somos Orson Welles y a nosotros no nos darán libertad creativa y un cheque en blanco para realizar nuestros trabajos, así que nos toca trabajar día a día para ir desarrollando nuestras habilidades.
De esa misma manera, muchos de los más famosos directores comenzaron haciendo pequeñas obras, con mejores o peores resultados, durante el inicio de sus carreras. Es por esto que aquí en Editando, en un afán educacional, les mostraremos algunos cortometrajes llenos de inocencia e idealismo de, en su momento, noveles directores.
Doodlebug
Christopher Nolan, afamado director de la excelente Dark Knight, hizo con el vuelto del pan un cortometraje en el que ya se vislumbran muchas de las manías marcan su obra hasta la actualidad. Doodlebug es un muy entretenido trabajo, sombrío y angustiante. Con una estética similar a la que podemos observar luego en su primer largometraje, Following. Basta de palabras y mejor vean y disfruten.
Bedhead
Cuando uno habla sobre Robert Rodriguez no puede olvidar como tras El Mariachi, este texano consiguió seducir a los grandes estudios para que confiaran en su trabajo. Pero esa bizarra obra no es más extraña que el cortometraje que realizó antes que llenara las pantallas con balas y sangre. Bedhead es todo lo que uno no esperaría del que años después se convertirá en director de películas como Del Crepúsculo al Amanecer o Machete, aunque quizás si podría esperarlo de aquel que dirigió la saga Spy Kids… Oh Wait!
Himenoptero
Erase una vez un joven que nació en esta mágica franja de tierra llamada Chile. Con apenas un año de vida, este joven fue llevado lejos de este idílico lugar, hacia un lejano reino al otro lado del mar. Este joven creció y se convirtió en un importante realizador. ¿Su nombre? Alejandro Amenabar.
Al llegar a la veintena, Alejandro inició su andar por el camino dorado, con un cortometraje que cautiva y nos hace recordar la obra que se convertirá en su primera película, Tesis, pero antes de llegar a contarnos la historia de la princesa y el enano, este joven nos enseña una historia que es como nuestra historia, en la que con más ganas que experiencia, emprendemos la labor de crear un cortometraje, aunque en Himenoptero, las cosas no terminan de la mejor manera.
¿Qué opinan de estos trabajos? ¿Ven en esos jóvenes idealistas y soñadores a los directores que son actualmente?