Durante el primer tercio de la historia del cine, la mayor parte de las películas se fotografiaban con las llamadas lentes normales. Pero desde la introducción de los zooms y de otras técnicas de perspectiva forzada que hacían que los objetos aparecieran más cerca o más lejos de lo que estaban realmente, las películas han superado el límite de la visión humana normal.
Aunque conocí a un profesor al que le tomó demasiado tiempo acostumbrarse a integrar movimientos de zoom in o similares en sus producciones, las posibilidades que nos entrega la óptica variable son fabulosas y sin duda merecen un espacio en los martes históricos que retomamos en editando luego de unas largas vacaciones con, una más de las 100 ideas que cambiaron el Cine, para siempre.
Idea n° 82 | El Zoom: Los distintos ojos de la cámara
La perspectiva es clave en la apreciación y el entendimiento de las imágenes en movimiento, ya que las alteraciones en la longitud focal de la lente afectan a la profundidad que se percibe y a la escala de la imagen, así como a su efecto dramático y expresivo.
La lente estándar que se utilizaba entre la década de 1910 y principios de la de 1940 tenía una longitud focal de entre 35 y 50 mm. Con ella se pretendía replicar la visión humana. La cantidad de luz que llegaba a la película se regulaba por la apertura del diafragma y la velocidad del obturador. Se utilizaban filtros y gelatinas para variar la calidad de la luz, efectos que se hicieron característicos del impresionismo francés y de las colaboraciones de Josef von Sternberg con Marlene Dietrich.
La lentes de mayor longitud focal se introdujeron a mediados de la década de 1910. El director de fotografía Henrik Sartov las utilizó para los primeros planos de foco suave de Lillian Gish en Lirios Rotos de 1919. Abel Gance y Marcel L’Herbier experimentaron con las lentes de ángulo abierto o menor longitud focal en Napoleón, 1927, y Dinero en 1928, respectivamente, pero no fue hasta que Gregg Toland las empleó en Ciudadano Kane en 1941 que se hicieron más comunes en Hollywood.
Enfatizando la ilusión de profundidad y a menudo distorsionando la percepción lineal, las lentes de ángulo abierto demostraron en un primer momento ser más compatibles con los procesos monocromos del ratio académico que con los procesos de color y pantalla panorámica. Pero una vez resueltos los problemas técnicos, las lentes con longitud focal menor de 35 mm se convirtieron en estándar [sobre todo en lugares de espacio reducido]; las de ángulo más abierto, las de ojo de pez, que alcanzan ángulos de hasta 180 grados, se han utilizado principalmente para representar desorientación en películas psicotrópicas como Easy Rider en 1969.
Los teleobjetivos magnifican la acción distante, suprimen la percepción de profundidad y estrechan el ángulo de visión. Tras su utilización en Un Hombre y una Mujer, 1966, de Claude Lelouch, los teleobjetivos fueron favorecidos por Robert Altman, Milos Forman o Akira Kurosawa, además de por «movie brats» como Steven Spielberg, Francis Ford Coppola o Brian De Palma, que a menudo mezclaron planos de longitud focal larga y de ángulo abierto en una misma secuencia. Los teleobjetivos comprimen la distancia, potencian la autenticidad y son útiles para el trabajo de localización y los montajes multicámara en estudio, pero son menos versátiles que los zooms.
Barry Lyndon 1976
Stanley Kubrick y el director de fotografía John Alcott no sólo utilizaron zooms para lograr efectos dramáticos en Barry Lyndon, sino también para aplanar las imágenes e imitar así la pintura del siglo XVIII.
Paramount empezó a utilizar lentes para zoom en películas como Ello [IT, 1927] y Ámame esta noche [Love me tonight, 1932]. Pero incluso después de que las lentes Zoomar, que medían entre 100 y 1.000 mm, se refinaran para realizar fotografía aérea durante la guerra y se convirtieran en un elemento básico de las primeras técnicas televisivas y publicitarias, en el cine se emplearon rara vez a pesar de la inspirada combinación de Alfred Hitchcock de un travelling y un zoom para el famoso y tan imitado plano de «contra zoom» en Vértigo, 1958.
Vértigo 1958
En este video se analiza la película en detalle, por lo que recomiendo ver el video completo, sin embargo, la parte que atañe a esta publicación, sobre el uso de zoom mezclado ingeniosamente con un desplazamiento frontal de la cámara, es mencionado a partir del minuto 6 con 50.
Sin embargo, realizadores europeos como John Schlesinger, Mario Bava, Roberto Rossellini o Michelangelo Antonioni, y estadounidenses afincados en Gran Bretaña como Richard Lester o Stanley Kubrick acabaron popularizando los zooms o travellings ópticos, que subvertían el impersonal e impecable clasicismo. Al ofrecer una distancia focal variable desde el ángulo abierto al teleobjetivo y permitir cambios controlados durante el plano, siguen siendo estética y económicamente eficaces, pues evitan la necesidad de dollies y vías de travelling, y las configuraciones más rápidas requieren menos luz.