Al menos la forma en que los usuarios comenzaron a ver TV. Sí, corría un 22 de Septiembre de 2004, 10 años ya, y una serie comenzaba a romper con lo establecido, llevando a los, hasta entonces clásicos televidentes, a convertirse en televidentes mucho más exigentes y curiosos, ávidos de información, avances, trivias, generadores de foros y «spoileadores» como ninguno antes, a través de esta arma potente que fue para ellos la Internet. Hoy 10 años después, dejo con ustedes algo digno de compartir sobre LOST. Pasen, comenten y compartan, que para eso están los botones sociales! 🙂
Los protagonistas de LOST en una selfie tras su reciente reunión para celebrar los 10 años de la serie.
22 de Septiembre
Así debió llamarse esta entrada, sólo 22 de Septiembre, porque para el mundo de las series de televisión es una fecha más que solemne, no sólo por LOST, que ya sabes que escribiremos sobre ella, sino también porque 20 años antes, un 22 de septiembre pero de 1994, se lanzaba otra serie que hasta el día de hoy me tiene enamorado de Jennifer Aniston, FRIENDS. ¿Notable coincidencia no?
Pero volvamos al futuro! 22 de septiembre de 2004, el día en que comenzaba la serie que cambió la forma en que el espectador se comportaba frente a estos discursos audiovisuales fragmentados. Hasta antes de LOST, el público o televidente solía consumir las series de manera pasiva, casi sin cuestionamientos, en cambio hoy, hasta se graba la gente cuando ve un nuevo capítulo de su serie regalona en NETFLIX. A continuación, paso a copiar & pegar un extracto de una entrada que leí ayer en Alt1040:
Mucha de la expansión y del interés del espectador por las series se lo debemos a ese 22 de septiembre de 2004, cuando el vuelo 815 de Oceanic Airlines partió de Sidney y se encaminó hacia Los Ángeles, puesto que una forma de hacer televisión, hasta ahora inexistente, se encontró con un espectador hambriento de calidad. Con la llegada de Lost a la televisión, miles de personas por todo el mundo se reunían en la red para comentar y teorizar qué estaba pasando y porqué. Las redes sociales, un fenómeno en pañales hasta ese momento, se llenaban con enlaces a teorías cada vez más locas generando un fenómeno nunca visto a nivel mundial.
Su éxito podría decirse que venía de aportar algo nuevo al planteamiento lineal de otras series de la parrilla, generando dos líneas argumentales que se interrelacionaban continuamente, algo que le supuso el Emmy en 2005 a la mejor serie de su género. Lost cambió, al igual que Los Soprano, y salvando las distancias, la forma de hacer televisión. Y lo hizo sin dar respuesta a la mayoría de los planteamientos que mostraba. Enfadó al espectador, creó una legión de fans y detractores como nunca se había visto en una serie de televisión: se convirtió en historia viva del ocio en el Siglo XXI.
Lost ha sido más que un puñado de preguntas sin respuestas. Mucho más que osos polares en islas tropicales. Es esta constante inexistencia de lógica narrativa, unida a un trasfondo que acaba encajando en el conjunto, lo que ha hecho grande a la serie. Como producto, Lost fue concebida para apoyar parte de sus misterios en un conjunto de subproductos a modo de virales que intentaban aportar una coherencia que desde un principio sus creadores le negaron, y es precisamente esto lo que supuso una fórmula de éxito sin precedentes.
Y parte de esa ambigüedad llevada al extremo hasta en los propios títulos de la serie, lo que dio lugar a una trivia descontrolada que supuso una revolución para el espectador: por mucho que este intentase crear un línea temporal para unir los puntos y los misterios presentes en la serie, esta resultaba una tarea imposible: los números, uno de los pilares de las primeras temporadas no parecían tener un encaje en el resto de la trama más allá de su relación con los personajes. Los viajes en el tiempo, la filosofía. La constante. Y todo esto a su vez, creaba una relación impropia con los espectadores.
La influencia de otras obras en Lost, supuso un desencadenante para su relación con los espectadores. De hecho, gracias al núcleo más culto de estos últimos, el colectivo pudo llevar las teorías de Lost hasta límites insospechados. John Locke, Danielle Rousseau [Jean-Jacques Rousseau], Mikhail Bakunin, Desmond David Hume [David Hume] o el propio Jeremy Bentham son algunos de los personajes y pensadores ilustres que suponían un guiño lógico para el espectador. Todo pensado para crear un producto televisivo que partía de una concepción más profunda que la que se pretendía con su argumento inicial.
El bien y el mal. La vida y la muerte. El amor y la pérdida. La deidad en forma de isla. Un abanico de temas que hacían que Lost, dentro de su propio universo de ficción, enganchara al espectador como si de una gran novela se tratase y arrastrase al colectivo con él. Como anécdota, Lost influyó tanto en el colectivo del momento que Barack Obama, desplazó la hora del Discurso del Estado de la Nación porque coincidía con el primer capítulo de la última temporada. Lost lo cambio todo, pero a su final dejó huérfanos a millones de espectadores por todo el mundo.
Las buenas historias trastocan nuestras expectativas, pero Lost va aún más lejos, desestabilizando la base sobre la que levantamos esas expectativas. Lost es una droga. – The New York Times.
Y en cuanto a Friends… mi mejor recuerdo de la serie se resume en ella… ¿y el de ustedes? [aunque el personaje de Joy era el que me sacaba más carcajadas :D] de todos modos acá pueden leer qué ha sido de la vida de los actores, 20 años después.