Se suponía que la película fotográfica iba a ser prácticamente aniquilada por las nuevas cámaras de la era digital, pero una banda de comprometidos entusiastas del film como son los fot3ros, se niegan a abandonar sus tradicionales cámaras, ejemplo de ello son las imágenes de Stephen Dowling que entre otros, cuenta después del salto, por qué la película nunca pasó de moda.
El fotógrafo Patrick Joust pasa una gran cantidad de tiempo en las calles de su natal Baltimore, capturando tanto a los residentes de la ciudad durante el día como la soledad de las luces iluminando por la noche. Y todo lo hace en película.
«Es el medio que funciona mejor para el tipo de trabajo que quiero hacer«, dice Joust, que a menudo porta tres cámaras en su recorrer las calles, cargadas con diferentes tipos de película.
«Estas viejas cámaras pueden desarmar a las personas y pueden ser el punto de partida para algunos grandes retratos. Hay algo que hace más amigable las cámaras con película, incluso más pintorescas, y hacen el trabajo que necesito» La negativa de Joust para moverse al digital, podría hacerlo parecer seriamente fuera de onda, dado que la gran mayoría de las imágenes de hoy en día se toman en un sensor digital.
Pero contrario a lo que podría pensarse, Joust no es más que parte de una ola creciente de entusiastas de la fotografía que siguen comprometidos con la vieja tecnología. Algunos son retornados que utilizaban película en años anteriores, pero muchos son fotógrafos más jóvenes, incluso demasiado jóvenes para haber comenzado en análogo. Ese interés floreciente es, año a año, alimentado por el día de la fotografía análoga, que tuvo lugar el pasado 11 de abril, y que alienta a los fanáticos a abandonar los megapixeles para mudarse a la película.
Edgar England, un gerente en el London’s West End Cameras, que se especializa en film y revelado de películas, dice que hace una década, un pallet de cientos de rollos de película podrían tomar seis semanas en venderse. Ahora sólo hace falta un par de días.
Su tienda vende suministros para revelado de cuarto oscuro, y la pared detrás del mostrador – y es un largo mostrador – se llena con varias películas. Su laboratorio incluso realiza el proceso de revelado en blanco y negro y de forma totalmente manual.
La fotografía digital posee una sofisticación cada vez mayor, especialmente por las cámaras que se encuentran en los teléfonos inteligentes, tal vez eso tenga algo que ver con el renacimiento de la fotografía análoga, comenta Edgard.
«Todo el mundo tiene un teléfono con el que puede hacer muy buenas imágenes así que hay un poco más de satisfacción al poder decir, esta es una «foto real» que capturada por mí mismo en película«, dice England.
Al igual que el reciente resurgimiento del vinilo, esta re-evaluación ha estado en marcha desde hace algún tiempo. England vio un nicho que comenzaba a emerger de nuevo, a mediados de la década de 2000.
Pero la sentencia de muerte aparente para el film, había sonado ya en 1975. En diciembre de ese año, Steve Sasson, un joven ingeniero que trabaja para el gigante fotográfico Kodak, construyó el primer ejemplo práctico de una cámara digital. Puede haber pesado casi cuatro kilos y almacenado sus imágenes [sólo blanco y negro] en una cinta de cassette, pero el prototipo experimental de Sasson fue un dispositivo revolucionario. El genio del digital, estaba fuera de la botella.
El heraldo de la «muerte» del film en fotografía tomaría algún tiempo, pero por la década de 2000 las cámaras digitales eran lo suficientemente económicas para reemplazar a la cámara compacta con película, ágil y siempre dispuesta para las vacaciones, y las cámaras réflex digitales [réflex de lente única hasta entonces] eran lo suficientemente confiables para convencer a muchos aficionados y fotógrafos profesionales, de hacer el cambio.
Con cada año que pasa, los gigantes industriales que habían producido rollos de película por cientos de millones comenzaron a ir cuesta abajo en la rodada. Las tiendas de cámaras de gama alta y los laboratorios que habían desarrollado película, cerraron sus puertas. La revolución del teléfono inteligente entregó una cámara lo suficientemente pequeña como para caber en un bolsillo, documentando hasta las minucias más cotidianas e irrelevantes de nuestras vidas.
No más carga de cámaras con rollos de película. No más viajes desde el laboratorio para encontrar que tu fotografía «perfecta» fue arruinada por un pulgar callejero o una dosis de ojos rojos. Nunca más negativos que se rayan, o perdidos, o cubiertos de polvo. No más matemáticas enloquecedoras con las que lidiar para obtener una imagen bien expuesta.
Y cuando lo digital parece ser tan conveniente, ¿por qué deberías permanecer en fotografía análoga, con todas sus frustraciones, sus defectos y fracasos? Los motivos deberán ser muy personales para cada fotógrafo que se niega a dejarla morir.
Algunos pueden querer trabajar con formatos mucho más grandes, donde sus equivalentes digitales pueden ser muy costosos, mientras que otros prefieren mantener el grano de la película, o los colores menos saturados de ciertas películas. Algunos quieren tener el control de todo el proceso, desde la toma de las fotos, el revelado en un romántico cuarto oscuro, y ver como poco a poco, sus impresiones surgen bajo la luz roja – un proceso alquímico que todavía, de alguna manera, parece simplemente magia.
Durante 100 años, los fotógrafos de film, tenían una increíble variedad de cámaras para ver el mundo a través de ellas, desde la simple Kodak Box Brownie de cartón, a las SLRS de gama alta que allanaron el camino para los modelos digitales. En la prisa por abrazar el digital, muchas de ellas han sido actualmente confinadas en armarios y áticos o simplemente fueron vendidas.
Lo bueno para los que siguen la resistencia de la fotografía análoga, es que las cámaras que una vez costaron una pequeña fortuna, han caído rotundamente en el precio. Es posible que sea gracias a este exceso de cámaras, desde las soviéticas Zenits [todos tuvimos una] a las Hasselblad más simples casi artesanales, que la película análoga parece estar atravesando una especie de renacimiento.
También encabezan el renacimiento del análogo los muchachos de Film’s Not Dead, integrado por Charlie Abiss y Tori Khambaita después de que ambos perdieron sus puestos de trabajo en laboratorios de película. Ellos se dedican a vender cámaras y películas y además a exposiciones.
«Tenemos clientes jóvenes que compraron su primera cámara análoga con nosotros, y ahora estamos asegurándonos de que tengan acceso a un cuarto oscuro«, dice Abiss. Pero asegura además que igualmente hay un fuerte resurgimiento de los fotógrafos más adultos.
«El escenario más tranquilizador que he notado recientemente, es la aparición de hombres y mujeres mayores, que deseen utilizar la película de nuevo, exactamente como lo hacían antes. Ellos quieren los negativos, el sobre, las diapositivas, y algo para mantenerse durante los años que vengan«, dice.
No se puede negar que la fotografía en película ralentiza la toma de fotografías. Hay todo un proceso que se hace un poco largo para aquellos que vienen de una era diferente. Extraer la película de su embalaje, cargarla en la cámara y enrollarlo, para ellos la fotografía análoga puede llegar a ser una letanía de movimientos táctiles.
Muchas de las técnicas popularizadas por los fotógrafos digitales, se deben a la fotografía análoga. Esas fotos de Instagram filtradas tan «ingeniosamente», imitan el movimiento de la Lomografía , que puso el énfasis en el juguete o las cámaras de baja fidelidad, película muchas veces vencida o película de procesamiento cruzado, a través de los productos químicos equivocados para aumentar el contraste y los colores.
Algunos fabricantes de película han ido a la quiebra en los últimos años, e incluso aquellos que han sobrevivido han reducido radicalmente la producción de las películas que todavía fabrican. Incluso la National Geographic ha tenido que sacrificar el uso de su favorita en las décadas pasadas, la Kodackchrome.
Pero Kodak sigue haciendo película, y el fabricante de film en blanco y negro británico, Ilford, parece estar en buen estado de salud, una década después de la gestión que rescató a la empresa de la quiebra.
Una operación de rescate similar fue puesta en escena en Italia el año pasado por ex empleados de Ferrania. Iniciaron un proyecto en el sitio web Kickstarter recaudando los fondos necesarios para guardar la maquinaria mínima requerida para producir su antigua película de diapositivas. Hace cinco o seis años cualquiera habría pensado que estaban locos sólo por considerarlo.
Edgar England ha visto la evidencia del «renacimiento análogo» en su taller. Mientras que marcas conocidas han desaparecido, otras compañías han empezado a hacer noticia, tales como Adox en Alemania, y Agfa-Gevaert en Bélgica. Una empresa, Cinestill, incluso está fabricando film para películas a nombre de Kodak, que todavía sigue siendo defendida por directores como Quentin Tarantino y Christopher Nolan.
Joust sigue defendiendo el permanecer en análogo, dibujando curiosas visiones al captar la vida en las calles de Baltimore.
«Alguien podría sugerir a un escultor el uso de metal o madera,» dice, «pero si la arcilla es lo que quieren usar, los beneficios de esos otros materiales no son importantes, porque nunca será lo mismo.»
¿Cuántos de ustedes siguen disparando en análogo?
tomé esto desde la bbc
2 comentarios
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Yo ya he empezado con lo análogo pero me cuesta encontrar peliculas