Si acostumbran pasar por editando, ya sabrán que desde la semana pasada estoy compartiendo breves extractos del libro Cineclub, escrito por el crítico de cine canadiense David Gilmour. [acá el escrito anterior sobre Los 400 Golpes] Hoy el turno es para la película de los 90’s, «Bajos Instintos», como siempre luego del salto, los detalles.
«Bajos Instintos» por David Gilmour
Al día siguiente le ofrecí de postre Instinto Básico [1992], con Sharon Stone. Una vez más, le hice una pequeña introducción de la película, nada demasiado elaborado. La simple regla de oro: cíñete a lo elemental. Si quiere saber más, ya preguntará.
Paul Verhoeven, dije, director holandés. Vino a Hollywood después de cosechar unos cuantos éxitos en Europa. Gran impacto visual; exquisita iluminación. Ha dirigido un par de películas excelentes, ultra violentas pero entretenidas. Robocop es la mejor de todas. –Estaba empezando a parecer un telégrafo, pero no quería confundir a Jesse-. También dirigió una de las peores películas de la historia, un clásico hortera titulado Showgirls.
Empezamos. Una rubia de piel tostada masacra a un hombre con un punzón de hielo mientras mantiene relaciones sexuales con él. Buen comienzo. Al cabo de quince minutos resulta difícil no pensar que Instinto Básico no solo trata sobre gente sórdida, sino que está hecha por gente sórdida. Hay en ella una zafia fascinación infantil por la cocaína y la «decadencia» lesbiana. Pero es una película increíblemente entretenida, hay que reconocerlo. Provoca una especie de temor agradable. Siempre parece que esté pasando algo importante o repugnante, incluso cuando no es así.
Y luego están los diálogos. Comenté a Jesse que el guionista Joe Eszterhas, un antiguo periodista, cobró tres millones de dólares por este tipo de material:
Detective: ¿Desde cuándo salía con él?
Sharon Stone: Yo no salía con él. Follaba con él.
Detective: ¿Siente que haya muerto?
Sharon Stone: Sí. Me gustaba follar con él.
Jesse no podía apartar los ojos de la pantalla. Puede que hubiera apreciado Los 400 Golpes, pero aquello era otra cosa.
Y a propósito del cruce de piernas más famoso del cine
Cuenta la trivia que para esta escena polémica y recordada, existen dos versiones: Según Sharon Stone, el director Paul Verhoeven le pidió que se quitara la ropa interior porque, como él dijo, era demasiado brillante y producía molestos reflejos a la cámara. Stone accedió, bajo el supuesto de que sus genitales no se verían. Fue sólo en una primera vista previa que Stone descubrió que Verhoeven había decidido utilizar este tiro de cámara en particular. Stone encaró entonces a Verhoeven, por no discutir el asunto con ella previamente, pero luego decidió dejar la escena sin cambios, al sentirse conforme con su personaje en la película.
Sin embargo, la versión de Verhoeven del conflicto es otra, cuenta que él le habría dicho previamente a Stone acerca de cómo es que se vería el cruce de piernas, ya que era importante demostrar la naturaleza del espíritu libre de Catherine Tramell y su constante coqueteo con la gente. Stone se habría entusiasmado con la idea y aceptó grabar la escena. Sin embargo, durante la primera vista previa, sus agentes temiendo que perjudicaría su carrera en el futuro, le habrían dicho que se retractara. Según Verhoeven, Stone cambió radicalmente de opinión acerca de la toma y exigió que se retirara, cosa a la que en última instancia, él se negó. Sólo queda decir, gracias Verhoeven por milagro concedido 😛
No olvides revisar la entrada anterior sobre Los 400 Golpes de François Truffaut en las letras de David Gilmour. Cada semana una nueva película!