Cuando piensas en empresas de contenidos online en streaming como Netflix o Spotify, se hace difícil creer que no estén completamente basadas en un funcionamiento «Cloud» o «en la nube». Pero aunque parezca increíble, Netflix logró traspasar todo su contenido y servicios a esta modalidad, recién en enero de este año y después de 7 años desde su fundación. Como siempre después del salto cuento los detalles.
¿Qué significa estar en la nube?
[Vía Comunicado] Hablar de «La Nube» es lo mismo que hablar del Cloud Computing y se refiere a que todos los datos y su procesamiento se hace directamente en Internet. No se eliminan los servidores físicos, pero sí se distribuye la información de manera más horizontal donde todo está enlazado con todo y por lo mismo es más seguro y más accesible desde distintas partes del mundo, y esto último para empresas como Netflix es más que necesario.
Netflix en la nube después de 7 años.
Tal vez a nosotros nos puede parecer un poco raro todo esto puesto que conocimos Netflix como un servicio online al que podíamos acceder desde casi cualquier dispositivo, sin embargo en sus inicios, tanto los contenidos como los datos y plataformas de atención al usuario, no estaban del todo en la nube, sino más bien en servidores centralizados y esto, cuando comenzó la expansión de la empresa a otros países en distintos continentes, comenzó a transformarse en un problema que había que resolver.
Hubo un momento en 2008, en que Netflix pasó 3 días colgado sin poder entregar contenido de películas a sus usuarios, y los que lo usamos a menudo sabemos la angustia que eso provoca. Fue allí cuando decidieron que era tiempo de mudarse con monos y petacas a un sistema más fiable, y se decidieron por AWS [Amazon Web Services] como proveedor. Antes de 2015 ya habían migrado a la nube la mayoría de sus sistemas, incluidos todos los servicios de cara al cliente. Sin embargo, debían tomarse el tiempo necesario para determinar una ruta a la nube segura y duradera para la plataforma de facturación, así como para todos los aspectos de administración de datos de clientes y empleados. Esto se logró por fin en enero de este año y ya se apagaron los últimos bits del único centro de datos que seguía usando el servicio de transmisión.
¿Qué ventajas aporta la nube para Netflix?
Según comentan desde la empresa, el número de suscriptores que teníamos en 2008 se ha multiplicado por ocho. Además, son mucho más activos, como demuestra el número total de visualizaciones, que se triplicó en los últimos ocho años.
El propio producto de Netflix ha seguido evolucionando con rapidez, al incorporar muchas funciones nuevas sedientas de recursos, y al depender de volúmenes de datos cada vez mayores. «Nos habría sido dificilísimo sostener un crecimiento tan vertiginoso de nuestros centros de datos; no habríamos tenido tiempo ni de montar los servidores en las estanterías».
Hoy en cambio la elasticidad de la nube les permite agregar miles de servidores virtuales y petabytes (millones de gigabytes) de espacio de almacenamiento en minutos, y por eso ha sido posible esta expansión. El 6 de enero de 2016, Netflix amplió su servicio a más de 130 países nuevos, convirtiéndose en una red de televisión por Internet verdaderamente global.
La nube también nos ha permitido aumentar de manera significativa la disponibilidad de nuestro servicio. En nuestros centros de datos a veces sufríamos apagones y, aunque pasamos algunos momentos difíciles inevitables en la nube, sobre todo los primeros tiempos de la migración, hemos apreciado un aumento constante en nuestra disponibilidad total, cada vez más cerca de nuestra meta de cuatro nueves (99,99 %) de tiempo de actividad del servicio.
Yury Izrailevsky, Vice President, Cloud and Platform Engineering de Netflix.
Sin duda que todo el tiempo invertido para mudar a Netflix a la nube vale la pena y si a eso sumamos la política de generar contenidos propios que ya nos ha entregado joyas como DareDevil, House of Cards o Better Call Saul que por cierto ya inició su segunda temporada, convierten a Netflix en nuestra televisión global por Internet, aquella que cada día es más recurrida gracias a las atrocidades potenciadas en TV abierta por directores de contenido que a todas luces se quedaron pegados en los 90.