La noche de ayer fuimos testigos de al menos 3 premios Oscar verdaderamente históricos, el primero de ellos para un grande de todos los tiempos, de esos que cuesta creer que nunca antes hubiese recibido uno, el segundo, para un actor querido por la mayoría que ha crecido inmensamente en su trabajo y que en su última película simplemente nos dejó a todos con la angustia viva y el tercero, el tercero es Chileno y nadie me va a quitar el derecho a estar contento por eso.
El Oscar es para Ennio Morricone
El maestro Morricone es de esos infaltables a la hora de los recuentos cuando piensas en bandas sonoras, cómo olvidar por ejemplo su trabajo para La Misión en la década del 80, esa melodía prácticamente me crió y hasta hoy sigue provocando un mi cabeza un relajo y nostalgia indescriptible. Cuesta entender entonces que no tuviese ya una estatuilla sobre su chimenea, pero sí, ayer recibió su primer trofeo dorado y lo hizo con una humildad sobrecogedora, de esas que te hacen pensar, hay tanta gente que se cree mucho y ha hecho tan poco… en fin, fue un momento de emoción.
El Oscar para Leonardo DiCaprio
Leonardo se ha convertido en este último tiempo en una especie de ahijado de las redes sociales. Todo el mundo pedía #UnOscarparaLeo así con hashtag y todo, moros y cristianos, usuarios y canales del cable, todos. Y no es para menos, porque en The Revenant te provoca ponerte de pie y aplaudir a rabiar. Es angustiante y pone la piel de gallina, ¿Se lo merecía? Por supuesto que sí. Personalmente yo le habría dado el Oscar hace mucho rato, luego de El Aviador por ejemplo, pero las coincidencias del destino hicieron que siempre compitiera con otro en su mejor momento y bueno, ayer fue su noche y junto con celebrar, aprovechó para inducir a la conciencia ambiental con su discurso a favor del planeta. 100% de acuerdo con Leo, este mundo está siendo acabado por nosotros mismos, pero más por los empresarios y los poderosos de países a los que Chile por ejemplo, les importa bien poco, si hay un espacio para alzar la voz, y alguien que se atreva a hacerlo, se debe aprovechar.
El Oscar para «Bear Story» de PunkRobot Studio
Y claro, el momento que a todos nos hizo sacar las banderas, las bubuzelas y gritar un fuerte C-H-I!! bueno, a casi todos, porque ¿se han fijado el empeño que tienen algunos en desmarcarse y amargar a todo el que quiera celebrar un merecido premio para Chile? Con eso de que el premio es para la productora, para el pequeño grupo que la peleó, que debemos «meternos nuestro exitismo y la bandera por buena parte…» empeñados en que nadie más celebre si no tuvo el honor de mover un pixel en la animación ganadora. Con el perdón de los presentes, pero creo que es lo más ridículo que podría leer en cualquier parte. Una prueba más de que las redes sociales les han dado voz y voto a quienes no estaban preparados para tenerlo.
Aquí quiero rescatar un breve trozo de texto que alguien con juicio publicó en su perfil personal:
Chile no es los organismos de su Estado que ningunea artistas y privilegia pelotudos de corbata, un Chile aceitado para quienes nacieron en la cuna correcta. Cuando ayer el cabro dijo «Viva Chile» al final de su discurso, no estaba agradeciéndole a las instituciones, estaba celebrando con ese otro Chile que somos todos nosotros, los giles esforzados que la pelan haciendo obra con ojeras, deudas y familias a cuestas; que deben pelear contra la desigualdad cuesta arriba porque nunca nadie nos regala nada aunque nos sigan acusando de querer que nos entreguen todo porque… esos otros tienen ese todo y no lo quieren soltar. Decir que ese Viva Chile era para los que le han dado brillo al país desde familias de campesinos que terminan definiendo la música chilena, desde familias de obreros que terminan encarnado la poesía de este país, de perseguidos políticos que terminan volcando el dolor que les produce el Estado en una obra maravillosa que nos toca el corazón como comunidad. Y es la comunidad la que celebra a estos cabezas negras que le dan lustre al país, porque hemos pelado el ajo como ellos, nos han maltratado como a ellos, pero hemos hecho cosas buenas con eso. El logro es de ellos, pero reivindico sentirse felices y celebrar CON ellos. Ese Viva Chile era para todos y si celebramos no es para subirnos al carro, celebramos como festejamos al familiar, porque lo sentimos uno de los nuestros en las miserias y peladas de rodillas de cada día. [por Jorge Baradit]
Así lo siento yo también. Algunos dicen que nos subimos ahora al carro de la victoria, que ni conocíamos el corto y que lo hacemos ahora por moda. Lindos… [léase con irónica ternura] En agosto de 2015 escribía en este mismo sitio audiovisual un llamado a votar por Bear Story en la competencia de los premios The Wrap en donde por entonces, PunkRobot Studio participaba, porque lo había visto y estaba seguro que el trabajo merecía ganar eso, que lo ganó, y todos los premios del mundo. Por esto anoche cuando el minion dice «el Oscar es para Bear Story» pensé, el Oscar es para Chile y me emocioné, me sentí saliendo campeones mundiales de la animación y fue una sensación mucho más inquietante y sobrecogedora que ver a Alexis picándole el penal a chiquito Romero para ser campeones de América. Dígame loco, pero así fue.
Así que, tal como escribí ayer en el facebook del sitio, siéntanse orgullosos de este pequeño grupo de animadores que han dado el primer Oscar en la historia a este pueblo en el fin del mundo. Campeones mundiales de animación, con la inspiración en una historia que esperamos nunca más se vuelva a repetir.
«Thanks to all. VIVA CHILE!»
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