Una nueva semana comienza, un lunes más donde les traemos, como se ha convertido en costumbre que esperamos a alguien le interese, los dichos que directores de cine han hecho reflexionando sobre su trabajo, su manera de enfrentarlo o la forma en que lo entienden.
Esta semana llega Wong Kar-Wai, conocido por películas como Con Animo de Amar y 2046, siendo estas solo un ápice de toda su carrera profesional tan marcada el extremo cuidado visualmente y estético de cada una de sus películas.
«No me obsesionan especialmente las cosas técnicas. Para mí, la cámara no es más que un instrumento que se utiliza para traducir lo que están viendo los ojos. Sin embargo, cuando llegó al plató para rodar una escena determinada, siempre empiezo por el encuadre, porque tengo que conocer el espacio donde va a evolucionar la escena. Únicamente cuando lo sé puedo decidir la posición de los actores. Explico lo que quiero al director de fotografía; hemos trabajado juntos tantas veces que esto no suele requerir mucha conversación. Le doy el ángulo, lo encuadra y, el noventa por ciento de las veces, me doy por satisfecho. Me conoce tanto que si digo «un primer plano», sabe exactamente a qué distancia me refiero.
Por regla general, no ruedo demasiado material desde distintos ángulos; aunque, por supuesto, depende de la escena. Muy a menudo, sólo hay una manera de rodarla. Sin embargo, en algunas escenas y, sobre todo, si la escena es algo parecido a una transición, donde la historia puede cambiar de punto de vista a otro, ruedo mucho desde distintas posiciones, porque sólo en el montaje puedo sabe si la trama debe seguir a una persona o a otra. En cuanto a la decisión de donde ubicar la cámara en un plano determinado, bueno…, está la gramática y, sin embargo, siempre es un experimento. Siempre tienes que plantearte la pregunta: «¿Por qué? ¿Por qué coloco la cámara aquí y no allí?». Debe de haber algún tipo de lógica, incluso si no significa nada para nadie, excepto para ti. En realidad, es como la poesía. Los poetas utilizan las palabras de maneras distintas; a veces, por el sonido, por el tono, por el significado, etcétera. Todos podemos crear un lenguaje diferente con los mismos elementos, pero, en el fondo, tiene que significar algo. Puede que suene analítico, pero no lo es.
Muchas de mis decisiones son instintivas. Suelo tener una sensación muy fuerte de lo que está bien y de lo que no, y es tan sencillo como eso. De todas formas, la cinematografía es algo difícil de analizar verbalmente. Es muy parecido a la comida: cuando tienes un saber persistente en la boca, no puedes explicarlo o describirlo correctamente a otra persona. Es muy abstracto. Pasa lo mismo con la cinematografía. Y, de hecho, no he cambiado mucho mi forma de trabajar desde que empecé. Es una pena, porque no creo que sea una buena manera de trabajar; pero, por desgracia, es la única que conozco. Siempre quise ser Hitchcock, que decidía todo antes del rodaje, pero, por alguna razón, no puedo trabajar de esa forma, así que, bueno, es una lástima.
Una última cosa: para ser director, tienes que ser sincero; no con los demás, sino contigo mismo. Tienes que saber por qué estás haciendo una película; tienes que saber cuándo estás cometiendo un error y no echar la culpa a los demás.»
TIRARD, LAURENT. (2002) Lecciones de Cine. España. Editorial Paidos.
Saludos.-
1 comentario
Muy interesante esta referencia a WKW. Sin duda, uno de los asiáticos con más personalidad. Gracias por compartirla.