Los planos cortos que presentan en cuadro el rostro recortado del actor sólo empezaron a ser comunes en la técnica cinematográfica después de convertirse en un símbolo de estatus entre las estrellas de Hollywood de la década de 1920.
Charles Bronson en el papel de «Harmónica» en el spagetti western de Sergio Leone «Hasta que llegó su hora» [1968]
Posteriormente, los cineastas han usado los primeros planos para sugerir lo que sucede en el interior de los personajes o atraer la atención de una expresión, un gesto o un objeto en particular. No dejes de leer hoy en este humilde reducto audiovisual, toda la historia de aquellos planos que nos llevan a conocer lo más íntimo de cada personaje.
Idea N° 7: «Los Primeros Planos». Meterse en la cabeza del personaje
Había muchos precedentes de los primeros planos en la pintura y la fotografía, así como en las diapositivas de las linternas mágicas. De hecho, Fred Ott’s Sneeze, uno de los cortos kinetoscópicos más famosos [1984], se centraba en la cara del sujeto. G. A. Smith también utilizó de manera innovadora los primeros planos dividiendo las escenas en varios planos.
En Grandma’s Reading Glass [1900], por ejemplo, utilizó una máscara circular en la lente para simular la extrema cercanía de la perspectiva de un niño con una lupa.
Aunque en un primer momento algunos cineastas resistieron a esta intensificación de la intimidad, al final de la década eran pocos los que continuaban insistiendo en los planos de figura completa. El actor-director francés Max Linder utilizaba «planos de busto» [que presentaban a los personajes de la cintura para arriba] con el fin de implicar a los espectadores en sus travesuras cómicas.
En 1918, Lev Kuleshov superpuso una imagen de Ivan Mozhukin con varios objetos emotivos, hecho con el que se puso de manifiesto la importancia del primer plano en el montaje asociativo, que se convirtió en una técnica clave a partir de la época muda. Pero hasta que los directores escandinavos y alemanes no comenzaron a transmitir el estado psicológico de los personajes con planos del rostro e inserciones atmosféricas, el primer plano se convirtió en un elemento básico del lenguaje cinematográfico.
Mientras tanto, a pesar del uso que hizo D. W. Griffith de los primeros planos después de The Lonedale Operator [1911], Hollywood optó principalmente por la objetividad y sólo abrazó por completo los planos más cerrados a finales de la época muda, cuando el Star System empezó a explotar las poses con foco suave, en las que a los admiradores se les mostraba el glamour, el empuje y la grandeza de sus ídolos.
De todas formas, los primeros planos tenían también un valor narrativo, pues acercaban a los espectadores al argumento destacando elementos clave de la puesta en escena, como el objeto sobre el que estaba a punto de tropezar un personaje de una comedia Slapstick. Los planos subjetivos eran a menudo también muy eficaces, pues una imagen que llenara una pantalla de 15 m podía tener un efecto emocional significativo en una audiencia que sintiera empatía por la situación concreta del protagonista.
En su único papel en la pantalla, Renée Falconetti soporta la agonía del interrogatorio en «La Pasión de Juana de Arco», de Carl Theodor Dreyer en 1928.
Los cineastas utilizan la distancia de la cámara para crear patrones y ritmos, así como para establecer temas y motivos. La altura y el ángulo son asimismo importantes. El contexto lo es todo, pero los planos contrapicados a menudo sugieren el poder de un personaje, mientras que los picados tienden a enfatizar la vulnerabilidad del mismo.
El plano holandés o aberrante implica un mundo desbaratado, como en El Tercer Hombre, [The Third Man, 1949], de Carol Reed, aunque Alfred Hitchcock utilizó planos cenitales para suscitar un efecto no menos desconcertante en Los Pájaros [The Birds, 1963].
A principios de la década de 1950, los directores se esforzaron por acomodar los primeros planos en las composiciones de la pantalla panorámica, y a menudo utilizaron escenografía y sombras para ocupar espacio sobrante. Sin embargo, los primeros planos en las composiciones de la pantalla panorámica, y a menudo utilizaron escenografía y sombras para ocupar espacio sobrante. Sin embargo, los primeros planos se adecuaban a la pantalla de los televisores, más pequeña, y los directores que empezaban en televisión hacían un uso exhaustivo de ellos.
La creciente necesidad de condensar la acción esencial en la llamada área segura del formato del entretenimiento doméstico permitió a la nueva generación de superestrellas de los éxitos de taquilla solicitar en sus contratos cupos sustanciosos de primeros planos.
Como cada martes esperamos que toda esta información histórica pueda ser de interés y ayuda para comprender la evolución y desarrollo de esta profesión audiovisual que tanto queremos. La próxima semana, Las Transiciones!
Saludos 😀