La secuencia de persecución puede parecer hoy en día un cliché de los géneros de acción. Pero, junto con el «rescate en el último minuto», fue crucial para que los primeros cineastas aprendieran a estructurar una historia y a presentar los hechos en la pantalla de un modo comprensible y atractivo, y siguió aportando algunos de los momentos más emocionantes del cine en la era de las películas taquilleras del siglo XX.
Una legendaria huida por Turín tras el robo de lingotes de oro protagonizan estos autos en una de las secuencias de persecución mejor rodadas en la historia del cine para la película «Trabajo en Italia» de 1969.
Luego del salto como cada semana decimos, encuentra la idea número 11, de las 100 que simplemente cambiaron para siempre la historia del Cine.
Idea n° 7 | Las Secuencias de Persecución. Movimiento y emoción.
En A Practical Joke (1898), remake de un solo plano de G. A. Smith de El Regador Regado, de Louis Lumière, un furioso jardinero persigue alrededor de un árbol al chico que lo ha empapado. La llegada de las cámaras de un solo carrete, sin embargo, proporcionó a los directores la capacidad de representar acciones más intrincadas y expansivas.
Aunque los cuadros que empleaban unificaban acción, tiempo y espacio, por lo general constituían unidades individuales que presentaban escenas enteras antes de pasar a otra. Este énfasis en el plano discreto afectó también a las primeras películas de persecuciones, en las que todos los personajes abandonaban el cuadro antes de que el plano se considerase completo.
Sin embargo, la necesidad de inyectar ritmo en la persecución llevó a los cineastas de ambos lados del Atlántico a crear un nuevo modo de encadenar planos que tuviera lógica narrativa a la vez que provocaba una respuesta emocional en el espectador.
En un principio, películas como The Life of an American Fireman [1902], de Edwin S. Porter, buscaban mayor linealidad repitiendo pasajes enteros desde distintas perspectivas. Pero El Gran Robo al Tren [The Great Train Robbery], de Porter, y películas británicas como A Daring Day Light Burglary [ambas de 1903], de Frank Mottershaw, utilizaron el montaje paralelo entre acciones simultáneas para producir una continuidad elíptica.
A medida que se reducía la longitud de las tomas, los directores importaban la persecución cómica del vodevil. Pero las carreras de Biograph Studios, como The Escaped Lunatic o Personal [ambas de 1904], introdujeron conceptos clave como la sensación de profundidad, el corte rítmico, la acción compaginada [donde la acción representada al final de un plano continúa en el siguiente desde otro punto de vista], los movimientos en pantalla coherentes y el espacio fuera de campo.
Era tal la claridad de las secuencias de persecución que los espectadores podían captar enseguida el significado sin necesidad de recurrir a una lectura de acompañamiento o a una canción narrativa, lo que a su vez animaba a los directores a crear escenarios más complejos. Aprovechando el cariz sensacionalista de las novelas baratas y obras de teatro de la época, D. W. Griffith explotó las relaciones espaciales y temporales que definían la edición paralela para generar suspenso en los rescates en el último minuto, que se convirtieron en un leitmotif de su obra tras The Fatal Hour [1908].
Además, el uso de una cámara en movimiento añadía emoción a secuencias que también eran realzadas por un acompañamiento musical en directo.
El arqueólogo Indiana Jones [Harrison Ford] huye de una gigantesca piedra rodante en un templo peruano en el clásico del cine, En Busca del Arca Perdida de 1981.
La persecución se convirtió también en un componente clave de la comedia slapstick, y las frenéticas carreras de Mack Sennett inspiraron los números de los clowns, así como a los surrealistas y las comedias de intriga a partir de la década de 1960. Pero las persecuciones y rescates empezaron a asociarse cada vez más con la emoción y no con la hilaridad, tanto si ocurrían en series como en westerns de serie B, dramas o películas de aventuras.
La carga a caballo era particularmente estimulante, y hasta las persecuciones a pie, como la del clímax en las alcantarillas vienesas de El Tercer Hombre [1949], podían crear una tensión trepidante. Pero la persecución con automóviles, perfeccionada en Bullitt [1968], Un Trabajo en Italia [A job in Italy, 1969] y The French Connection: Contra el imperio de la droga [The French Connection, 1971], confirmó el interés de los más jóvenes por la velocidad y el espectáculo, lo que ha continuado condicionando a las películas taquilleras, que cuentan con una escena de persecución entre sus mejores momentos, tal y como hemos visto en las series de James Bond o de Indiana Jones, La Guerra de las Galaxias [1977] o Avatar en 2009.
Hasta acá llegamos por esta semana. Como siempre agradecemos que luego de leer puedas compartir los artículos entre tus redes sociales. La semana próxima entregaremos la idea n° 12, imperdible para los editores: El Montaje de Continuidad.
Saludos!
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holassss