Sin lugar a dudas, Paul Thomas Anderson se ha ganado un sitial de importancia dentro de la historia del cine. Películas como Magnolia o Boogie Nights le han valido su fama como realizador exigente y preocupado de hasta el más mínimo detalle, además de catapultarlo al Olimpo del Cine al demostrar su calidad y capacidad como narrador de excepción al manejar múltiples historias en cada una de sus películas.
Ahora, estamos todos ansiosos, por lo menos en Chile, del estreno injustamente demorado de The Master, la que debería llegar a las salas a fines de este mes.
En los Dichos del Director de esta semana, Anderson explica cuán importante es para él trabajar con buenos actores, algo que queda demostrado con su última película donde las nominaciones que posee, son precisamente en las categorías actorales.
Se muy exigente en la elección de actores, porque tener uno malo significará más trabajo.
Cuando escribí Magnolia, lo hice pensando en los actores, así que podía escuchar en mi cabeza cómo tenían que hacerlo, escribí con esa ventaja. Los actores no me asustan, ¿saben qué me asusta? Los malos actores.
Un buen actor es como ver a un gran músico, pero tener un mal actor me aterra porque significa que tengo que buscar algo que decir o hacer y eso es algo realmente frustrante porque uno debe estar concentrado en todo, en lugar de estar preocupado de ayudar a alguien para que sepa cómo decir sus líneas.
Tuve mucha suerte que el primer actor de verdad con el que trabajé fuese Philip Baker Hall. Pasar por una puerta y ver que hay alguien que está ahí, inmediatamente, que quiere trabajar contigo y no contra ti. Creo que esto me generó la idea de que esa es la forma en que debería funcionar y luego, me sorprendo cuando aparece Burt Reynolds o alguien así es como… que realmente amas a los actores.
¿Has trabajado con malos actores?
Cuéntanos tu experiencia!