Cuando ya pensábamos que las cápsulas del tiempo habían quedado en el olvido al entrar en el nuevo milenio, un nuevo proyecto artístico nace desde España ofreciendo guardar un millón de videos por mil años, para que las futuras generaciones puedan conocernos en profundidad.
Me imagino entonces que muchos de ustedes querrán ser parte de él. Dónde y cómo participar, te lo contamos como siempre en los detalles después del salto.
Proyecto Milenium Uno, 1 millón de videos por mil años
Una escultura anclada en un paraje natural será el guardián de este millón de videos, que se alojarán en discos duros durante mil años. El proyecto está abierto y disponible para ser financiado a través del comentado sistema Crowdfunding, y los recursos que con él puedan generarse, serán destinados a la producción y mecenazgo de obras artísticas de nuevos creadores.
Formado por un grupo de creadores encabezados por el artista visual y plástico Carlos Terroso, consiste en crear una cápsula del tiempo y enterrarla para ser abierta dentro de mil años. La cápsula será un disco duro que contendrá una sola pieza audiovisual formada por un millón de vídeos recogidos durante un año, a través de la página web del proyecto.
Para la etapa uno del proyecto se necesita poner en marcha una web que permita recepcionar los videos de aquellos que quieran ser parte, y por ello, a través de la plataforma Verkami ya se están recibiendo los primeros aportes. Una vez se haya completado esto, habrá una segunda etapa en que se iniciará la construcción de la escultura y cripta donde se alojará el material. La imagen superior corresponde al boceto de la misma, puedes pincharla para verla a mayor tamaño.
Para todos los interesados, les invitamos a conocer más del proyecto, aportar y ser parte con su material audiovisual. Todo en los sitios web anteriormente linkeados.
¿Te gustaría que en 1000 años alguien pudiese ver tus videos?
Saludos!
1 comentario
jejeee, estas cosas siempre son interesantes y divertidas, por más que no resisten ningún análisis serio: esmuy poco probable que eso aguante mil (¡1000!) años. Y si lo hiciera, nadie podría leer un disco duro. Ya casi no podemos leer diskettes… 😉