A menudo, el sonido de las películas se da por sentado. La mezcla de diálogos, música y efectos debe hacerse con tanta precisión como el elemento visual de una película. Los modernos efectos sonoros son muy sofisticados y la mayor parte del trabajo de modelado de este sonido tiene lugar durante el proceso de post producción.
Cuando se restauró la película Espartaco de 1960, Anthony Hopkins dobló la parte de Laurence Olivier en la célebre conversación con Tony Curtis sobre «comer caracoles y ostras».
Por ello, luego del salto abordamos un tema al que, tal vez, no muchos le hayan prestado la atención que se merece, pero que ciertamente ha mejorado montones con el correr de los años, por supuesto gracias al avance de la tecnología. En las 100 ideas que cambiaron el cine de este martes en editando, el doblaje.
Idea n° 45 | El Doblaje: Principios del sonido
En un principio, los efectos sonoros se generaban en los estudios utilizando máquinas como la Alleflex, que podía producir unos 50 sonidos que variaban desde cantos de pájaros a tormentas. Don Juan [1926], la primera película sonora, sin diálogos, contenía efectos de sonido y una banda sonora orquestal.
El doblar de las campanas, el sonido de espadas que se entrechocan o el canto de los grillos son algunos de los efectos sonoros que se grabaron en un disco Vitaphone para Don Juan en 1926.
Más tarde, las películas habladas obligaron a centrarse en el diálogo, pues los primitivos micrófonos y técnicas de mezcla de sonido no permitían la modulación de los niveles de grabación. Su sensibilidad restringía el movimiento bien del actor, bien de la cámara, y las dificultades de sincronización a la hora de editar ampliaron la duración media de los planos de 4 a 10 segundos, con lo que las películas se hicieron más verbales y estáticas.
Sin embargo, las técnicas de doblaje o la adición de sonido re-grabado mejoraron de forma considerable a mediados de la década de 1930, en especial cuando el técnico de la MGM Douglas Shearer estableció la curva de la Academia para estandarizar los métodos de reducción del siseo durante la grabación, doblaje y reproducción del sonido monoaural en escenarios.
Los ecualizadores permitieron dar perspectiva al sonido y, aunque los ingenieros sólo tenían cuatro canales a su disposición, se las arreglaron para obtener sonidos tan memorables como el rugido de King Kong, el tamborileo de los pies de Fred Astaire o los diálogos superpuestos de Orson Welles.
Foley para Robin Hood en 2012
El artista del foley Gary Hecker nos explica en qué consiste y muestra algunos de sus implementos que usa para la grabación de sonidos utilizados en la película Robin Hood de 2012.
Tras la segunda guerra mundial, el desarrollo de la cinta magnética y la multipista proporcionó a los mezcladores un mayor campo de posibilidades. Pero como los exhibidores eran reacios a tener que asumir los costos de la conversión a lo estereofónico justo después de haber tenido que instalar las pantallas panorámicas, el sonido cinematográfico sólo adoptó una nueva dimensión con la introducción del sistema de reducción de ruido de Ray Dolby a mediados de la década de 1970, lo que mejoró considerablemente la calidad del sonido de películas taquilleras como La Guerra de las Galaxias o Encuentros cercanos del tercer tipo, ambas de 1977.
En muchos países, se prefiere el diálogo doblado, pero en Hollywood se conserva el original siempre que es posible, si bien es verdad que la re-grabación permite a los intérpretes rectificar cuestiones de emisión de voz o sincronía, o introducir cambios de guión de última hora.
La laboriosidad del doblaje se ha agilizado con el proceso del ADR [Automated Dialogue Replacement], que también se utiliza para añadir los diálogos de fondo. Se emplea asimismo en los trabajos de restauración, como el que se realizó en 1991 con la película Espartaco [Spartacus, 1960], donde Anthony Hopkins hizo la voz de Laurence Olivier.
La sustitución vocal se convirtió también en una práctica común a comienzos de la era sonora, como se muestra en Cantando bajo la lluvia [1952], donde la diva del cine mudo Jean Hagen gesticula mientras la doblan los melifluos tonos de Debbie Reynold. Marni Nixon cantó para Deborah Kerr en El rey y yo [1956] y para Audrey Hepburn en My Fair Lady [1964]. Como intérprete, Marni Nixon se mantuvo prácticamente en el anonimato, pero en Bollywood, las hermanas cantantes Asha Bhosle y Lata Mangeshkar se han hecho tan famosas como las superestrellas a las que han doblado. Marni Nixon también fue artista invitada en Mulan [1998], de Disney.
Los efectos de sonido se doblan después del rodaje bien por editores de sonido o bien utilizando efectos de sala. Estos últimos también reciben el nombre de efectos Foley, gracias a Jack Foley, un pionero en el campo del sonido que, aunque no apareciera en los créditos, trabajó en Universal entre 1929 y 1960 y creó prácticamente todos los sonidos cinematográficos que no son de ambiente, de diálogo o musicales.
Otro de Foley
Si traducen los subtítulos al español, se puede entender de buena manera el trabajo de los ingenieros a cargo de la grabación de sonidos para cortometrajes y películas. Si me preguntan, me parece un trabajo alucinante! 🙂
Utilizando elementos físicos para reproducir cualquier cosa desde pasos a tiros, estos efectos proporcionan a las películas, tanto de ficción como documentales, la autenticidad sonora que refuerza la frase del tres veces ganador de un Oscar Walter Murch: «Cuanto mejor sea el sonido, mejor será la imagen«.
La digitalización puede que haya cambiado el sonido cinematográfico, pero nada puede superar la ingeniosidad del ser humano.
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