El futuro, ese momento en el tiempo donde nuestras aspiraciones siempre se concretan, existen, nos llenan de dicha y hacen que nos despertemos cada mañana, no existe. Pero pese a su no existencia, pese a que somos conscientes que ese futuro que tanto anhelamos se construye día a día, el futuro es algo que nos tortura, angustia y enturbia nuestros pensamientos.
El cortometraje que compartimos esta semana explora el futuro, la proyección de la vida de los simpáticos personajes y sus temores.
Cuando uno comienza a ver Happily Ever After, que podríamos traducir como Fueron felices para siempre, uno piensa que se encuentra frente a un lúdico cortometraje sobre la vida de una joven pareja que está en el primer amor, recién mudándose para vivir juntos. Pero al igual que la vida misma la historia da un giro, alejándose de una comedia romántica para introducirse en una reflexión sobre la vida y nuestras propias ambiciones. Ahí es donde el trabajo realizado por Yonni Aroussi y Ben Genislaw comienza a lucirse.
El contraste que podemos ver entre el diseño de personajes, parecidos a marionetas de Plaza Sésamo, en un principio brillantes y llenos de vida para luego verlos opacos, cansados, distintos pero aún reconocibles hacen que podamos sentir cómo estos personajes van cambiando al paso del tiempo, viendo como ellos se enfrentan al peso del futuro.
Happily Ever After es trabajo que merece la pena verse y disfrutarse, que nos muestra cómo puede ser la vida en pareja, de no saber como enfrentarla. Y pese a lo oscuro que puede llegar a ser el cortometraje es una linda lección que espero todos puedan aprender.
Saludos.-