En reacción a la revolución sociocultural que trajo consigo la segunda guerra mundial, Hollywood acogió de buen grado la inmersiva técnica del método, que aportó una autenticidad y un realismo adicionales a unas películas que se esforzaban por reflejar el mundo de la guerra fría.
Hoy como cada martes traemos a ustedes una más de las 100 ideas que cambiaron la historia del cine, como siempre decimos, sigue leyendo después del salto!
Idea n° 62: El Método
Los cambios en los estilos de interpretación en pantalla reflejan distintos factores: avances tecnológicos, tendencias comerciales, convenciones sobre los géneros, tradiciones nacionales, convulsiones estéticas. La interpretación de la era muda se había basado en la pantomima, y las películas habladas supusieron un choque entre veteranos de la pantalla y actores formados para el teatro.
En la época dorada de Hollywood, los actores tendían a optar por la imitación o la personificación, y el director moldeaba el tono de la interpretación mediante el análisis del guión y el ensayo, la posición de la cámara y el montaje. Sin embargo, «el Método» proporcionó a los actores-discípulos mayor control sobre su trabajo, pues se les incitaba a basarse en experiencias personajes para descubrir la verdad psicológica de los personajes.
El Método lo desarrolló en el Teatro del Arte de Moscú Konstantín Stanislavski, cuyo sistema de memoria afectiva y expresión física fue adoptado por el Group Theatre, de tendencia izquierdista, en la década de 1930. Pero hasta finales de la siguiente década no empezó a tener influencia en Broadway, cuando Marlon Brando colaboró en una serie de obras de teatro claves con Elia Kazan.
Esta pareja fue en gran parte responsable de la introducción del Método en el Cine, en particular con Un tranvía llamado deseo, 1951 y La ley del silencio, 1954, en las que Brando farfullaba su diálogo, jugueteaba con elementos del atrezzo y mostraba una emoción cruda que nunca antes se había visto en la pantalla.
A Brando le siguieron pronto otros graduados del Actor’s Studio de Lee Strasberg, como Montgomery Clift, James Dean o Paul Newman, así como otros alumnos de profesores del Método rivales, como Sanford Meisner o Stella Adler.
Los jefes de los estudios se dieron cuenta de que esta nueva hornada de intérpretes atraía al público más joven, que estaba integrando cada vez más el núcleo de la audiencia cinematográfica. En consonancia con la nueva actitud de rebeldía que acompañaba al rock and roll, el Método también aportaba un aire de peligro a las películas.
Esta tendencia continuó hasta la década de 1960, momento en que desapareció el Código de Producción y los cineastas lograron finalmente abordar temas polémicos con una grado de realismo sin precedentes, llegando algunos a apropiarse de las técnicas brechtianas radicales empleadas por autores europeos como Jean-Luc Godard o Rainer Werner Fassbinder.
El Método alcanza su punto máximo con El Padrino en 1972. Actores del calibre de Dustin Hoffman, Jane Fonda, Robert de Niro, Al Pacino, Sean Penn o Daniel Day-Lewis se han adherido a sus principios, pero su efecto a largo plazo en la interpretación cinematográfica ha sido bastante limitado.
Muchas estrellas flirtean con esta técnica sumergiéndose en el estilo de vida del personaje o realizando transformaciones físicas drásticas; pero el cambio hacia patrones de expresión coloquiales, así como la tendencia a rodar con cromas y la edición rápida, han atenuado la presencia del Método, que resulta afectado e inmoderado.
¿Habías oído sobre El Método?
Tal vez sí. Si no, entonces ahora ya lo conoces. Como siempre esperamos sus comentarios y que puedan compartir la información con sus amigos en las redes sociales. Que nos hace bien a todos!