No te preocupes si desconoces quién era Eric Rohmer, de seguro no eres el único. Porque en tiempos tan dominados por el Cine de Industria su nombre sonaba poco y nada… así las cosas y aunque todo los que me conocen saben que soy tan cinéfilo como experto en termodinámica, sin duda es una gran pérdida, de esos que dejan escuela.
Como ya les escribía más arriba, soy de los más cercanos a la televisión que al cine, por lo que me remitiré a copiar/pegar un extracto escrito por entendidos, para no caer en errores involuntarios…
Cuando leo que hoy ha fallecido en París, con 89 años, el señor Maurice Scherer —ese era el verdadero nombre de Eric Rohmer— no puedo evitar pensar que una pequeña parte de la historia del cine también ha muerto.
Caracterizado por diálogos pausados, increíblemente complejos, pero tan llenos de naturalidad que parecían improvisados; por la atmósfera de sus largas escenas, casi siempre en plano secuencia; por la tremenda carga de profundidad que ocupaban anécdotas triviales contadas en hora y media… Fue uno de los representantes más influyentes y emblemáticos de la Nouvelle Vague o Nueva Ola.
Muchos, muchísimos —desde los cortometrajes de escuela hasta la corriente llamada comedia madrileña, encabezada por Trueba y Colomo— intentaron imitarle. Quizá fue Richard Linklater quien más se acercó algo en su díptico ‘Antes del amanecer’ y ‘Antes del atardecer’. De ahí que, entre sus admiradores, se dijese que “la fórmula de Rohmer era tan secreta como la de la Coca Cola”.
Puede ser cierto que varias de sus últimas obras no estuviesen a la altura de sus títulos clásicos, como ‘La rodilla de Clara’ o ‘La mujer del aviador’ y puede que eso haya hecho que la más nueva generación de cinéfilos no haya tenido a este maestro de la Nouvelle Vague entre sus principales referentes.
Siendo triste como es que Rohmer haya muerto —su última obra, la estimable ‘El romance de Astrea y Celadón’ era tan única como desconcertante— no deja de ser otra oportunidad para que muchos que nunca habían decidido acercarse al director francés descubran una obra única y realmente difícil de describir. Animo a quien no esté familiarizado con su obra a rendir tributo a este gran autor viendo películas como ‘Cuento de invierno’, ‘Mi noche con Maud’, ‘Paulina en la playa’ o la radical ‘El árbol, el alcalde y la mediateca’, en la que se abandonaba, por momentos al puro documental. Y, a quién hubiese forjado su cinefilia viendo al Rohmer de plenitud, que vuelva a recordar esos títulos magníficos que nos hicieron amar un poco más el cine.
Tomado directamente desde Blog de Cine.
Para más detalles también pueden leer:
Éric Rohmer en Wikipedia
Fallece Éric Rohmer, el cineasta de la mirada sencilla, desde ElPaís.com
Murió el Cineasta Éric Rohmer, uno de los pilares de la nueva ola francesa, desde LosTiempos.com
1 comentario
Locote, Rohmer es de los grandes! de mis favoritos… ver sus películas es como vivir la vida! ninguna otra película me ha hecho sentir eso…