El viernes 1 de enero de 2016 recién pasado, mientras todos estábamos de vacaciones o celebrando el inicio del nuevo año, fallecía uno de los 10 directores de fotografía más influyentes en la historia del Cine. A propósito de la triste noticia, comparto con ustedes una publicación que tenía pendiente, dentro de la serie, fotógrafos de Cine, que por ahora también reúne en editando a Owen Roizman, Vittorio Storaro, Dion Beebe y Christopher Doyle. Les invito a leer.
Nacido en Hungría en 1930, estudió cine en la Academia de Teatro y Cine de Budapest, donde se graduó en dirección de fotografía en 1955. Después trabajó como ayudante de cámara, operador de cámara y director de fotografía en Hunnia Film Studio. Durante la revolución Húngara en 1956, él y su amigo László Kovács fueron dos de los cámaras que registraron los dramáticos acontecimientos que tuvieron lugar en Budapest y sacaron las imágenes del país enviándolas a Austria.
Ya en Estados Unidos e instalado en Los Ángeles, comenzó a trabajar de técnico y fotógrafo en unos laboratorios de fotografía. Durante la década del 60, bajo el seudónimo de William Zsigmond, rodó varias películas de terror de bajo presupuesto, entre ellas The Sadist [1963], The Nasty Rabbit [1964] y The Incredibly Strange Creatures Who Stopped Living and Became Mixed-Up Zombies [1964].
Siguiendo los consejos de Peter Fonda, su director en The Hired Hand [Hombre sin fronteras], recuperó su nombre original, y durante la década de 1970 rodó algunas de las películas más importantes de la época: McCabe & Mrs. Miller [Los Vividores, 1971], Images [1972] y The Long Goodbye en 1973 para Robert Altman. Por supuesto también trabajó en el primer largometraje de Steven Spielberg, The Sugarland Express en 1974 y esto le otorgaría el derecho a una de sus obras más recordadas que además le hizo ganador de un Oscar, Close Encounters of the Third Kind. A partir de allí, empezó su larga lista de colaboraciones con Brian De Palma y Mark Rydell y rodó dos obras maestras con Michael Cimino. Desde entonces se encumbró en las altas esferas junto a directores como Richard Donner, Phillip Noyce, Sean Penn, Kevin Smith o Woody Allen y nunca dejó de trabajar, así es como el anuncio de su muerte llega con su nombre en cuatro películas en proceso de pre producción.
Vilmos Zsigmond y su arribo a Estados Unidos
Zsigmond habla en una entrevista, sobre cómo fue su llegada a Norteamérica y el abrirse paso en la entonces, tradicional industria, un extracto a continuación:
[…] Rodábamos usando trozos de 30 a 45 m de negativo en color de 35mm que sobraban del rodaje de largometrajes, porque los estudios los vendían a una quinta parte de su precio. Era más barato que rodar en 16mm.
Tuve la suerte de encontrar a jóvenes directores que no querían hacer las tradicionales películas de Hollywood. Éstas eran siempre en Technicolor, musicales o westerns, un tipo de filmes muy predecible. Buscaban gente nueva para rodarlas. Nosotros éramos esas personas, esos locos jóvenes húngaros que trabajaban casi gratis.
László Kovács y yo rodábamos las películas de manera diferente debido a que proveníamos de Europa. En Hungría crecimos viendo películas rusas, neorrealistas e italianas, porque nos dejaban ver todo lo que dejara al capitalismo en mal lugar. Eran filmes frescos que trataban problemas sociales. Entonces llegó el denominado New Hollywood, que cambió notablemente la tradición, y se empezaron a narrar historias sobre personas.
La década de 1970 fue la época dorada de los jóvenes directores. Nació el movimiento del cine independiente, y las películas que se rodaban tenían muy poco presupuesto. Creo que Gene Hackman y Al Pacino trabajaron en Scarecrow por muy poco dinero; me parece que cobraron alrededor de 10.000 dólares por semana, además de un pequeño porcentaje. El presupuesto de Obsession era de unos 900.000 dólares.
No sé si tengo un estilo propio. Si tuviera el mismo en todas las películas, dejaría de ser interesante. Mi estilo se basa en explicar la historia de la forma correcta en cada filme. A veces es conservador, con iluminación clásica, como en el caso de Close Encounters of the Third Kind. O en The Deer Hunter en la que buscábamos realismo. O en McCabe and Mrs. Miller, en la que estropeé la película haciéndola muy granulada y antigua, como en el viejo Oeste. Forcé el filme, y lo iluminé usando filtros de niebla para difundirlo todo con el fin de que pareciera antiguo y casi malo. El estudio odió ese filme. Me querían despedir. Dijeron: «Despedid a ese hijo de perra. No sabe lo que hace. Ni siquiera sabe cómo hacer bien la exposición del filme.
Escena inicial de «McCabe and Mrs. Miller», de Robert Altman, con la música de Leonard Cohen.
Por ahora, y para no tenerlos leyendo todo el día, dejaré hasta acá la entrada, pero tengo mucho material del trabajo de Vilmos Zsigmond, por lo que de seguro haré una segunda parte con más datos menos conocidos. 2016 ya tiene su primer rostro para el In Memorian de los Oscar. 😥