La noche de domingo recién pasado, sintonicé Tolerancia Cero, para quienes nos leen desde el extranjero, un programa de conversación sobre política y actualidad emitido por canal ChileVisión, el cual pertenece al actual presidente de nuestro país, Sebastián Piñera.
El invitado de turno un ex candidato presidencial, Marco Enríquez Ominami, quien en medio de la entrevista le solicita al panel su opinión sobre el hecho de que un presidente de la república sea dueño entre otras muchas cosas, de un canal de televisión que está pronto a participar de un proceso de migración hacia la televisión digital.
De ahí en más la entrevista pasó a ser discusión entre los panelistas, quienes como periodistas en práctica se olvidaron del entrevistado para caer en una discusión que ya hemos visto antes y en la cual, entre ellos mismos no logran ponerse de acuerdo.
Todo lo anterior para introducirles en un tema que está en boca de todos y sobre el cuál es necesario tener opinión. Quiero compartirles una columna escrita por Lucas Sierra en Observatorio de Medios Fucatel, la cual espero puedan leer y procesar con atención, porque estimada comunidad, no sólo de tutoriales y tips vive el hombre, a veces hace bien rascarse un poco el cerebro.
Fotografía original de Sebastián Piñera pertenece a Prismabraker on flickr
Por Lucas Sierra
Imagine esto: Usted es espectador de un juego en que los jugadores se disputan, todos contra todos, una pelota. Cada jugador tiene un dueño. Hay un árbitro y jueces de línea en cuya designación el árbitro tiene gran influencia. Cada uno fiscaliza determinadas reglas del juego. Es un juego relativamente competitivo, aunque el porte de la cancha admite un número limitado de jugadores.
Imagine ahora que, súbitamente, el dueño de un jugador, se convierte también en el árbitro. Pasa a tener, por tanto, un peso importante en la designación de los jueces de línea. Y no sólo eso, también pasa a tener peso en la designación del entrenador y dueño de otro jugador muy relevante.
Pero la cosa no termina aquí. Resulta que las reglas del juego están reformándose. Un avance genético ha permitido que entren más jugadores a la cancha, y que éstos puedan hacer jugadas hasta ahora desconocidas.
¿Y? Bueno, resulta que el árbitro es, también, el actor principal de esa reforma. Y para seguir abusando de su capacidad de imaginación, un último dato: el árbitro pasó a tener cierta influencia en el dueño de un tercer jugador que, temporalmente, está en la banca.
¿Qué le parece ahora el juego que está viendo? ¿Será un escenario adecuado para un buen espectáculo y para una correcta competencia?
Es probable que ahora usted deambule por las graderías algo inquieto. El nuevo árbitro ha dicho que va a nombrarle por mientras a su jugador un entrenador de confianza. Pero usted no se tranquiliza, pues, a fin de cuentas, el árbitro sigue siendo el dueño del jugador y, para colmo, se ha reservado la facultad de remover al entrenador cuando lo estime conveniente. Y usted sabe que, con o sin entrenador sustituto, el árbitro seguirá teniendo influencia en los jueces de línea, en otro importante jugador, en la definición de las reglas del juego y en un tercer jugador que por ahora está en la banca.
¿Ficción? En absoluto. Este es, ni más ni menos, el juego de la televisión abierta hoy en Chile. El dueño de Chilevisión ha sido elegido Presidente de la República. Ha nombrado al Ministro de Transporte y Telecomunicaciones y al Subsecretario de Telecomunicaciones. De su exclusiva confianza, ambos funcionarios regulan y fiscalizan las redes de televisión.
Como Presidente, también designa directamente al presidente del Consejo Nacional de Televisión, y tiene peso en la designación de sus miembros. Este Consejo regula y fiscaliza los contenidos de la televisión. Lo mismo con el Directorio de TVN: designa directamente a su presidente y tiene influencia en la designación de los demás.
Por su parte, el nuevo marco regulatorio de la televisión abierta -las reglas del juego-, se está discutiendo en el Congreso para la era digital. Este cambio tecnológico permite el ingreso de nuevos canales, y nuevas alternativas de negocios para los que existen y para los que entren. Los dos proyectos de ley que buscan materializar este cambio son de iniciativa presidencial.
Parece racional pensar que Chilevisión no quiera nuevos competidores, como no los querría cualquier incumbente. ¿Podrá despejarse esta sombra si el Presidente, al tiempo que negocia la legislación en el Congreso, mantiene intereses en el canal? ¿Cómo evitar la sospecha por la posibilidad que tras su negociación legislativa se esconda el deseo, consciente o inconsciente, de beneficiarlo?
Y el último dato. Varias concesiones de Chilevisión son propiedad de la Universidad de Chile. Chilevisión las opera en virtud de un contrato de usufructo. Algún día esa operación puede volver a la Universidad, hoy en la banca del juego televisivo.
Pero adivine quién es el “patrono” de la Universidad de Chile: el Presidente de la República. Al menos simbólicamente, el Presidente está sentado a ambos lados del contrato.
Si el Presidente mantiene algún vínculo con Chilevisión, directo o indirecto, el juego de la televisión chilena es un espectáculo impresentable. Esto, pues la promiscuidad que se instala en la cancha es la negación institucional del fair play.
Bien, la suerte está echada, ahora sólo esperamos sus comentarios…
Salu2
1 comentario
Bueno recuerdo una entrevista al Director General de Tvn cuando estabamos en el gobierno de Bachelet y se estaba eligiendo la norma. Él decía que la norma no debería ser de mucha capacidad de aumentar los canales, más bien se debería aportar a la calidad de la transmisión y dejar en lo posible a los que ya estan transmitiendo, por una razón de torta, o sea, que la torta en Chile es muy pequeña para que se la repartan entre tanto canal. (podría sonar a miedo por la competencia que se puede masificar, el que lee juzga). Ahora que el Presidente es el que tiene los hilos (un empresario que no deja todos sus negocios por ser presidente eso ya esta comprobado) adiós competencia. ¿Esperaremos que aumentará la variedad televisiva y los contenidos (el objetivo del gobierno de tipo ciudadano de Bachelet que se contraponía con lo dicho por ese entonces por el Director General de Tvn) o seguirán los mismos de ahora pero con una calidad de imagen mucho mejor? Aunque calidad que igual es posible con más medios porque bueno mi ojo no es tan entrenado como para distinguir la diferencia. Aunque seguramente muchos lectores del blog si son capaces de diferenciar, pero igual son posibles creadores de más contenido asi que creo que estarán de acuerdo conmigo.