Si alguna vez imaginaste, cómo fue que Dios realizó el proceso de la creación, seguramente pudo haber sido muy similar a lo que estás a punto de ver. Y es que precisamente de imaginación es de lo que esto se trata.
Un pequeño niño, en su tremenda y alimentada imaginación, colorea ante nuestros ojos un bosque en blanco y negro, llenándolo de vibrantes tonalidades, pero al parecer, se olvida de un pequeño y triste Panda.
Sin duda un trabajo de animación tan bien elaborado, de gran sensibilidad, belleza y hermoso como pocos. Lo compartimos para que lo disfrutes y completes el ciclo, volviéndolo a compartir. Que lo disfrutes.