Sea de manera consciente o no, todas las películas contienen un elemento de propaganda simplemente por el modo en que reflejan el tiempo y el lugar en el que fueron filmadas. Pero el término se suele aplicar a películas y documentales que pretenden de manera consciente suscitar el apoyo del público, convertir a los escépticos o subvertir a los intransigentes.
Hoy es un nuevo martes de las 100 ideas que cambiaron el Cine y luego del salto, nos metemos en las patas de los caballos con un cine que que no siempre ha tenido buenas intenciones. Siga leyendo!
Idea n° 49 | La propaganda: Más allá de la persuasión
La propaganda prosperó durante gran parte del siglo XX porque había una verdad innata en la verdad fílmica. Sin embargo, ejemplos de películas ideadas para despertar sentimientos de patriotismo como Tearing Down the Spanish Flag [1898] eran realmente reconstrucciones, no registros auténticos. La mayor parte de la acción en las trincheras que se proyectó durante la primera guerra mundial provenía también de reconstrucciones.
El Alto Mando alemán reconoció el potencial de la propaganda fílmica mucho más rápido que sus homólogos británicos o franceses y, en 1917, se apropió de varias empresas comerciales para formar la Universum Film Aktiengesellschaft, controlada por el estado, y coordinar la producción. [recomendamos leer Las Escuelas de Cine]La UFA continuaría dominando la industria fílmica alemana durante la república de Weimar y en tiempos de los nazis.
Imágenes simuladas de atrocidades y salvajes denuncias, como las de Rupert Julian en Kaiser, The Beast of Berlin [1918], confirmaron el potencial del cine para demonizar y desmoralizar al enemigo.
Lenin también fe consciente del enorme poder del cine y envió trenes con propaganda de agitación por toda la Unión Soviética para extender el mensaje bolchevique mediante los noticiarios de Kino-Pravda [1922 – 1925], de Dziga Vertov, y las piezas de montaje de Sergei Eisenstein, Vsevolod Pudovkin y Alexander Dovzhenko.
Stalin tuvo más cautela con el cine e impuso un código restrictivo de socialismo realista diseñado para promover la política estatal. De todas formas, boletines del frente como la Cine-revista de guerra [1941-1942] y alegorías como Iván el Terrible [Ivan Grozni, 1944], de Eisenstein, sostuvieron eficazmente la moral de la población durante la segunda guerra mundial.
Ivan Grozni 1944 vía youtube
El escapismo también tuvo un papel significativo en el material de propaganda de la URSS, lo mismo que en Alemania. Tras el fracaso de películas abiertamente propagandísticas como S. A. – Mann Brand y Hitler Youth Quex [ambas de 1933], Josef Goebbels prefirió intentar manipular a las masas mediante musicales, espectáculos y biografías. Incluso en El triunfo de la voluntad [Trimph des Willens, 1935], de Leni Riefenstahl, se descartó toda la ideología específica para reforzar el culto a la personalidad de Hitler. Por otro lado, ninguna otra nación en guerra ha producido películas tan perniciosas como El Judio Süss o Der ewige Jude [ambas de 1940].
En Gran Bretaña, el Ministerio de Información fomentó una mezcla de paternalismo y humor pintoresco en sus noticiarios y piezas de información pública, y películas como Went the Day Well? [1942] o Western Approaches [1944] son notables por un realismo documental que rara vez se empleaba en Hollywood.
Los estudios estadounidenses no llegaron a comprender nunca del todo el estado de ánimo de la Europa ocupada, pero los dramas del frente, las comedias basadas en el mundo del ejército, los musicales de «buena vecindad», los cuales pretendían atraer a Latinoamérica a la causa aliada, y las aventuras de combate que se produjeron después de Pearl Harbor demostraron ser tan vitales como otras obras más serias del tipo de la serie Why We Fight [1942 – 1945], de Frank Capra.
Con el surgimiento del llamado tercer cine, la propaganda siguió siendo un arma clave a lo largo de la guerra fría. Pero mientras que industrias cinematográficas estatales como las de Cuba, China o las de detrás del telón de acero continuaban apoyando las líneas oficialistas, entre los cineastas occidentales se daban tanto los que apoyaban la ortodoxia gubernamental como quienes la desafiaban. Así, la película probélica de John Ford Vietnam! Vietnam! [1971] no llegó a estrenarse, mientras que Hearts and Minds [1974], de Peter Davis, ganó un Oscar al mejor documental.
Años más tarde, la mayor parte de los tratamientos de las guerras de Iraq y Afganistán se han caracterizado por un eminente tono crítico. Muchas obras sobre la globalización, la corrupción política y el cambio climático han sido combativas. Pero por mucho que contengan su dosis de ironía posmoderna e irreverencia retórica, estas piezas son igual de propagandistas que sus antecesoras.
¿Alguna película del estilo que se te venga a la mente?
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5 comentarios
Y tantas otras en que todo pasa sólo en Estados Unidos y sólo ellos son capaces de salvar al mundo y restaurar el equilibrio del cosmos! 😛
Saludos nicolás
El día de la independencia :p
Esturión
Se agradece el comentario. Saludos!
La de roma ciudad abierta es de Rosellini, No felini como se puede ler producto de mi MALA REDACCIÓN 😛
Se me viene a la mente varias de Fellini…. «Roma, Ciudad Abierta» también… mas que nada de «contra-propaganda»…
La raja el artículo!!!.