La propaganda lleva mucho tiempo siendo fundamental para el éxito de una película. Puede que las técnicas se hayan hecho un poco más sofisticadas desde la época de las barracas de feria, pero la publicidad, sobre todo en forma de cortos avances que anuncian los próximos estrenos, sigue apelando a la obsesión del público por la novedad, la celebridad y la familiaridad.
En los martes de historia cinéfila, una más de las 100 ideas que cambiaron para siempre la historia del cine, Los trailers.
Idea n° 70 | Los Trailers: Próximamente…
Los cineastas tardaron en explotar el poder de atracción de las imágenes en movimiento. Aparte de las entradas en los catálogos de distribución, la única promoción de que era objeto la mayor parte de los estrenos la preparaban los propietarios de los nickelodeons, que utilizaban marquesinas iluminadas, carteles caseros, escaparates, pancartas en tranvías, voceadores o música estruendosa para atraer a los espectadores a los locales, decorados de manera acorde al estreno.
Sin embargo, el surgimiento de las estrellas de cine alrededor de la década de 1910 llevó a las productoras Mutual y Universal a establecer sus propios departamentos de publicidad para pergeñar campañas y producir anuncios y dossieres de prensa destinados a los voraces periódicos y fanzines estadounidenses.
Mientras que las cadenas de salas propiedad de los estudios dirigían su publicidad a las audiencias familiares, las salas independientes optaban por modos de promoción más sensacionalistas. Algunas incluso recurrieron a juegos ilegales como el screeno o el bank night para incrementar la asistencia de público durante la Gran Depresión. En 1930 se instituyó un Código Publicitario para estandarizar las prácticas tras las quejas emitidas por los líderes religiosos.
También se regularon estrictamente los trailers. Por más que se diga lo contrario, estos avances no se inventaron para sacar a los espectadores de los programas continuos. De hecho, Georges Méliès proyectó el primer rollo promocional en el exterior del Thèátre Robert Houdin de París en 1898, y los trailers se pusieron en boga en Estados Unidos después de que Famous Players hiciera avances de The Quest of Life en 1916.
Tres años más tarde, la Paramount creó la primera unidad dedicada a trailers, mientras que la mayor parte del resto de los estudios encargaron la producción al National Screen Service de Nueva York [NSS] al año siguiente.
El estilo del NSS era algo pedestre y solía consistir en un narrador objetivo de voz agradable que conectaba fragmentos visuales con sus comentarios, algunos eslóganes y planos glamurosos de las estrellas.
A directores como Cecil B. DeMille y Alfred Hitchcock se les dejó en alguna ocasión crear sus propios trailers. Pero los paquetes del NSS satisfacían a los productores y los espectadores por igual, hasta que el studio system empezó a desmoronarse en la década de 1950, y los agentes de talentos y los publicistas comenzaron a dictar cómo tenían que presentarse a sus clientes en los medios.
Adicional a lo anterior, al caer el sistema de distribución de las películas por paquetes, cada cinta tenía que destacar por sus propios méritos, por lo que los trailers se hicieron más cruciales que nunca a la hora de generar un boca a boca anterior al estreno.
Matrix, el mejor trailer de mi vida
Corría junio de 2010 y en este humilde reducto audiovisual le preguntamos a unos cuántos amigos, cuál había sido el trailer que más les impacto, o cuál el que más recordaban haber visto en la historia de su vida, el listado completo lo pueden revisar en «El mejor Trailer de mi vida». El número uno de aquella oportunidad el trailer de Matrix que les comparto a continuación.
En 1960, Columbia dejó el NSS para empezar a crear sus propios trailers. Pero fueron empresas especializadas como Kaleidoscope las que vinieron a dominar el terreno cuando trailers como el de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú [Dr. Strangelove…, 1963] o La noche de la iguana [The night of iguana, 1964] iniciaron un estilo más elegante que ponía énfasis en la creación de una atmósfera en vez de en la hipérbole [aunque muchos seguían basándose en el fiable formato de momentos destacables-voz en off].
Hoy en día bajo la jurisdicción de la Motion Picture Association of America, los trailers encontraron una salida en la televisión durante la era de las películas taquilleras, y su formato se adaptó a los métodos de montaje del video musical para atraer a un público cada vez más joven. Lo cierto es que esta versatilidad ha hecho que el trailer siga siendo eficaz en la era digital del DVD y Blu-Ray, los sitios web, Youtube, las descargas y las aplicaciones. Es más, uno de nuestros tableros en Pinterest está dedicado sólo a ellos 🙂