Si los «palacios de sueños» eran las catedrales del cine, las multisalas son sus supermercados. No es por casualidad que estén ubicadas en los centros o complejos comerciales, pues prometen encontrarlo todo bajo un mismo techo. Pero tanto si cuentan con 3 como con 13 o 20 pantallas, los multicines rara vez ofrecen tantas opciones como cabría esperar.
Es martes nuevamente y ya revisamos una de las últimas 100 ideas que cambiaron el cine, como de costumbre te invitamos no sólo a leer para aprender, sino también a comentar y sobre todo a compartir con tus amigos en las redes sociales, eso nos hace bien a todos!
Idea n° 93 | Los Multicines: Supermercados del cine
Los decretos Paramount 1948 pretendieron abrir el mercado de la proyección de películas para acabar con el monopolio de Hollywood sobre las salas estadounidenses. Sin embargo, sólo sirvieron para desincentivar a los estudios, cada vez más empobrecidos, y dejar a las nuevas cadenas y a las salas independientes con menos películas que proyectar, lo cual, unido al trasvase de población a las zonas suburbanas y a actividades de ocio riales como la televisión, provocó un descenso en las ventas de entradas de casi un 50% entre 1946 y 1953. A pesar de la introducción de los autocines y los cines de arte y ensayo, y de la rehabilitación de los teatros burlescos como salas de cine [Grindhouses], la asistencia semanal de público cayó en 30 millones en 1960 a 18 millones al final de la década.
Las multisalas ya existían desde la década de 1930, pero en la de 1970, ante la creciente desapacición de cines del centro y de los barrios, los axhibidores hicieron un esfuerzo concertado por duplicar y triplicar las pantallas en un intento de ampliar la exposición al público de las películas de éxito. Esta práctica coincidió con el surgimiento de las películas taquilleras y las políticas de desregulación de la administración Reagan, que permitieron a las multinacionales que controlaban los estudios restaurar los circuitos para acomodarlos a sus necesidades. Como consecuencia, se dio un boom en la construcción de multicines que hizo que las audiencias ascendieran a 20 millones en 1980, 25 en 1995 y 30 en 2002.
Sin embargo, en lugar de crear espacios donde pudieran encontrar su nicho las películas independientes y las importaciones, las nuevas salas han servido únicamente para que un mayor número de personas pueda ver las ubicuas superproducciones de los estudios, que han adoptado una estrategia de estreno simultáneo y un bombardeo masivo en los medios. Así, en lugar de dejar que la publicidad, las reseñas y el boca a boca vayan creando audiencia, se intenta provocar la máxima asistencia el fin de semana del estreno para explotar la recaudación en taquilla hasta el lanzamiento del DVD.
Para maximizar los ingresos, los estudios asumen menos riesgos con el contenido. El objetivo principal ha pasado a ser atraer al público más joven con «secuelas«, remakes, versiones de éxitos televisivos, best sellers, cómics o videojuegos, con lo que se da prioridad al espectáculo sobre la historia. El resultado son películas taquilleras plagadas de efectos especiales, que se lanzan a precios inflados en 3D y formatos de pantalla de 70 mm o IMAX.
Para combatir la piratería se ha adelantado la comercialización de los formatos de entretenimiento doméstico, y se han construido salas incluso mayores, con amplias butacas, zonas de estacionamiento y sistemas de proyección y sonido de última generación, con el fin de reunir al mayor número de personas antes de la llegada de la siguiente producción, que viene a menudo acompañada de títulos menores del mismo productor o distribuidor, en una cínica vuelta al sistema de distribución por paquetes.
Los megacomplejos son rentables, pues reducen de forma drástica los costos de transporte y personal, y obtienen de los puestos de comida y bebida el 40% de los ingresos. Pero han expulsado del negocio a los complejos más pequeños, así como a las salas tradicionales del centro de las ciudades. Las multisalas continúan surgiendo a ritmo rápido por todo el mundo, muchas de ellas preparadas sólo para la proyección digital. En su mayor parte, refuerzan el predominio comercial de Hollywood, pero lo cierto es que por su capacidad y confort han contribuido de modo muy significativo al aumento de la asistencia al cine durante la reciente crisis económica mundial.
¿Hacia dónde van las salas de Cine?
Hace un par de años leí una columna donde se aseguraba que estas cadenas de Cine estaban destinadas de desaparecer paulatinamente ya que con la piratería cada vez menos personas estarían dispuestas a pagar por ver una película. Sin embargo en 2014, si bien es cierto las estadísticas han caído, todavía siguen reventando la taquilla algunos éxitos hollywoodenses y el 3D permanece aún cuando para muchos ya no tiene mayor sentido. ¿Qué creen ustedes? Siempre es interesante leerles y compartir sus opiniones, como siempre en los comentarios acá abajo.
Saludos!