Hoy en nuestro martes de historia cinematográfica, tratamos un tema que a lo largo de nuestra existencia como sitio ha levantado polvo, las vapuleadas y nunca bien ponderadas escuelas de cine. Como siempre te invitamos a revisar, comentar y desde luego compartir con tus amigos en redes sociales.
La película con la que debutó Andrei Tarkovsky [no su primer trabajo], La infancia de Iván [1962], tiene una calidad poética que confirmó la liberación del VGIK bajo la égida de los directores-profesores Mikhail Romn y Grigori Chukhrai.
Idea n° 38 Las escuelas de cine: Aprender el oficio
La falta de equipamiento modeló el primer currículo del VGIK. Los productores prozaristas acapararon los rollos de película tras el estallido de la revolución rusa, por lo que el profesor Lev Kuleshov se vio obligado a basar los talleres en rodajes simulados con cámaras vacías y re-ediciones de películas ya existentes, como Intolerancia de 1916, de D. W. Griffith.
También enseñó a los alumnos el «efecto Kuleshov» para demostrar el poder asociativo del montaje, y colaboró con ellos en piezas como El rayo de la muerte [Luch Smerti, 1925].
Alumnos tales como Sergei Eisenstein y Vsevolod Pudovkin se convirtieron en figuras capitales de la industria cinematográfica soviética y más tarde volvieron a VGIK para enseñar, junto con Mikhail Romn y Sergei Gerasimov [cuyo nombre tomó el instituto en 1986].
Gong Li en La Linterna Roja [1991], de su por entonces marido Zhang Yimou, que confirmó la llegada al escenario mundial de los graduados de la quinta generación de la Academia de Cine de Pekín.
El VGIK nutrió talentos nacionales como los de Andrei Tarkovsky, Sergei Paradjanov, Sergei Bondarchuck, Nikita Mikhalkov y Aleksandr Sokurov, pero también aceptó a estudiantes extranjeros, como Ousmane Sembène y Souleymane Cissé, que fueron cruciales en el surgimiento del cine africano.
Irónicamente, el VGIK, que fue creado por los comunistas, inspiró la fundación del Centro Sperimentale di Cinematografía de Roma [1935] y la Deutsche Filmakademie de Berlín [1938] cuando los regímenes fascistas trataron de adoctrinar a sus propios cineastas. Pero mientras que el Universum Film Aktiengesellschaft [UFA], que dominó la producción en Alemania durante la época nazi, asumió el control de la Filmakademie en 1940, del Centro de Roma surgieron graduados del calibre de Michelangelo Antonioni, Pietro Germi, Marco Bellocchio, Dino De Laurentiis, Vittorio Storaro y Néstor Almendros.
La FAMU de Praga y la Escuela Nacional de Cine de Lódz, en Polonia, renegaron también de su deber de producir artistas para servir al estado. Vera Chytilová, Jirí Menzel, Milos Forman y Jan Nemec se convirtieron en los adalides del «milagro del cine checo» [o «nueva ola«]de la década de 1960, mientras que Andrzej Wajda, Krzysztof Kieslowski y Krzysztof Zanussi promovieron, al lado de la alumna de la FAMU Agnieszka Holland, el «cine de la ansiedad moral», que capturó el estado de malestar social asociado al movimiento Solidaridad de la década de 1980.
Andrei Tarkovsky fue mentor de Aleksandr Sokurov mientras estudiaba en el VGIK, y Mat i Syn [Madre e hijo, 1997] muestra la influencia de El espejo [1974].
El Institut des Hautes Études Cinématographiques [IDHEC] -alma mater de Louis Malle, Alain Resnais, Costa-Gravras, Ruy Guerra, Volker Schlöndorff, Theo Angelopoulos y Claire Denis– tuvo su papel en las revueltas parisinas de 1968, momento en que las escuelas de cine por fin empezaron a causar efecto en Estados Unidos.
Cuando no tomaban prestados los escritores y los directores del teatro y los estudios de Hollywood [como los zaibatsu japoneses] preferían entrenar a los aspirantes a través del aprendizaje práctico. Por eso, a pesar de la fundación de la University of Southern California School of Cinematic Arts en 1929, los alumnos escasearon. Sin embargo, el declive del studio system coincidió con la apertura de centros de enseñanza en las universidades de UCLA, NYU y Columbia, y esta nueva generación -con cineastas como Francis Ford Coppola, George Lucas, John Milius, Paul Schrader y Martin Scorsese– cambió Hollywood para siempre.
Las escuelas continúan revitalizando el cine en todo el mundo. De la Academia de Cine de Pekín, por ejemplo, surgieron los directores de la quinta generación –la historia del cine chino se divide en generaciones-, entre ellos Tian Zhuangzhuang, Chen Kaige y Zhang Yimou, que presentaron el cine chino al público internacional en la década de 1980. De todas formas, siempre habrá cineastas que, como Quentin Tarantino, ex-dependiente de videoclub, encuentren su propio modo de llegar al cine.
Como siempre esperamos que esta información sea provechosa para todos los estudiantes de Cine y audiovisual que día a día nos visitan. Si quieres dejar algún comentario sobre tú escuela, entonces los esperamos como siempre en los comentarios!
Saludos
3 comentarios
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HAGO CLASES DE CULTURA CINEMATOGRAFICA…..ES DECIR LE HABLO AL ALUMNO SOBRE EL TEMA QUE REQUIERA DE LA HISTORIA DEL CINE DESDE LA PERSPECTIVA DEL VISIONADO DE MAS DE 40 AÑOS DE CINE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
JORGE URIBE ALVAREZ, ESPECIALISTA EN CINE
juribea59@gmail.com
siempre quise estudiar algo de cine porque es como un hobbie pero ni modo me toco estudiar ingeniería 😛